Películas que inspiraron a los doctores

Síndrome de Peter Pan y síndrome de Wendy

Tal vez sea el más popular de todos. Describe a aquellas personas adultas caracterizadas por su inmadurez emocional, que suelen huir de las responsabilidades y actúan de manera infantiloide. No es un síndrome reconocido oficialmente por la Organización Mundial de la Salud, pero se ha demostrado su existencia y que es más frecuente en los hombres que en las mujeres. Por ello, si un hombre padece este síndrome y tiene una pareja heterosexual, ella podría sufrir el denominado síndrome de Wendy, obligada a ejercer continuamente el rol de madre.

Síndrome de Rapunzel

Es el nombre popular que recibe una extraña enfermedad denominada tricofagia, que consiste en la ingesta de cabello o vello corporal de forma compulsiva, generando bolas de pelo en el estómago. En ocasiones, esta masa puede envolverse alrededor de los órganos y perforarlos, por lo que la única solución es la cirugía. Aunque este síndrome es poco frecuente, habitualmente se relaciona con la tricotilomanía, un trastorno obsesivo compulsivo que provoca al enfermo la necesidad de arrancarse pelos de la cabeza continuamente y que suele estar causado por episodios de estrés.

Síndrome de la Bella Durmiente

Conocido científicamente como síndrome Klene-Levin, se trata de un trastorno neurológico poco habitual que se caracteriza por periodos de excesivo sueño (que pueden llegar a durar semanas e incluso meses), durante los cuales se pueden sufrir alteraciones del comportamiento y amnesia. Pero, tranquilos, tus hijos no lo contraerán por pincharse con una aguja.

Síndrome de Alicia en el País de las Maravillas

Se trata de un trastorno psiconeurológico que afecta a la alteración visual del que lo padece y que puede tener dos vertientes: la micropsia, cuando el enfermo percibe los objetos mucho más pequeños de lo que son; y la macropsia, si, por el contrario, los percibe de mayor tamaño. El síndrome de Alicia en el País de las Maravillas puede manifestarse tanto en niños como en adultos y desemboca en alteraciones perceptivas no solo del tamaño de los objetos sino también de la propia imagen corporal y su situación espacial.

Complejo de Bambi

En las películas de Disney (y gran parte de las películas de animación de otras compañías) los animales son presentados con rasgos humanizados y como seres totalmente entrañables y mansos (lo que se incrementa con su adorable diseño físico), por lo que las personas que padecen este síndrome pueden llegar a intentar establecer lazos con ellos obviando su peligrosidad. Aunque no está aceptado científicamente, habitualmente se aplica a las personas demasiado sentimentalistas y compasivas hacia los animales y la naturaleza.

Complejo de Cenicienta

El término fue acuñado en 1981 por Collete Downing en su obra El complejo de Cenicienta. El miedo oculto de la Mujer de la Independencia, aunque si bien aún no está aceptado como trastorno psicológico por la OMS. Describe a mujeres que se sienten totalmente dependientes de los hombres tanto emocional como económicamente. Además, el complejo se caracteriza por la idealización de una imagen mental masculina, un “príncipe azul”, que les genera una gran frustración al ser totalmente intolerantes ante cualquier defecto de su pareja.

Efecto Pinocho

Aunque no se trata de un trastorno propiamente dicho, este efecto fue demostrado recientemente en una investigación pionera realizada en el departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada. El estudio aporta algo de verdad al cuento, ya que confirma que la nariz delata a las personas cuando mienten, no porque aumente de tamaño sino porque sube su temperatura y, en consecuencia, se inflama levemente, apareciendo también ligeramente enrojecida.