La presencia y la rebeldía poética de Guadalupe Teresa Amor (1918-2000), mejor conocida como Pita Amor, es recuperada con la exposición “Amor y locura-Pita”, de Blanca Charolet, integrada por una veintena de fotografías, acompañada de la coreografía “Amor, la undécima musa”, de Erick Miranda, que a brirán el viernes 2 de junio, a las 19:00 horas, en el Centro Cultural Los Talleres, en el marco del 105 aniversario del nacimiento de la autora de Letanía de mis defectos y Soy dueña del universo.
Las fotografías, explica Blanca Charolet, fueron captadas en 1989 y algunas son inéditas. “Fue en aquel año, cuando Patricia Reyes Espíndola organizaba un recital para Pita Amor en el Castillo de Chapultepec. Le propuse que hiciéramos una serie de retratos mientras ella caminaba por la Zona Rosa. Yo la había visto muchas veces en la Zona Rosa y me llamó la atención porque ella se veía diferente en todo ese contexto. Me parecía una persona con mucha luz y que se distinguía fácilmente”, añade.
Charolet, conocida como una de las primeras mujeres fotoperiodistas que trabajaron en medios, concretó la cita y días después Reyes Espíndola le dijo que Pita había aceptado encantada que le hiciera una sesión: “A ella no le gustaban las fotografías, pero aquella ocasión aceptó. Recuerdo que la llevó su chofer y ya en la Zona Rosa empezó a caminar y comencé a fotografiarla”.
Pese a todo, Charolet reconoce que no fue tan sencillo, ya que Pita no quería que le tomara fotos con lentes, pero ella se los ponía cada vez que caminaba. “La fui siguiendo a los lugares que ella quiso. En algún momento se detuvo en un restaurante que le gustaba mucho, donde la luz era terrible y ahí nació parte de esa serie que muestra el abismo de la soledad del que ella hablaba en su poesía”, relata.
Minutos después, Pita Amor le pidió que la acompañara al Museo Nacional de Antropología: “Ahí logré hacer unas cuantas tomas más y nos despedimos. Posteriormente, Reyes Espíndola me dijo que la poeta estaría en su casa recitando y fui para hacer unas fotografías más. Fue una experiencia extraordinaria estar cerca de ella y atrapar su belleza interna y externa”.
¿Cómo definiría a Pita Amor?, se le pregunta. “Fue una gran mujer y poeta a la que ha faltado que se le reconozca más por su obra literaria. Ella no pasó inadvertida, porque se atrevió a hacer cosas inesperadas. Fue un ser humano muy libre, que se dio la oportunidad de decir lo que venía a su mente con la libertad de las palabras”, apunta.