Escritor y poeta originario de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Para comentarios, escribir al correo octavioloro@hotmail.com.EnriquetaEn la osadía del bien común
escribo estos versos
en el verde de Cancún,
en tus ojos traviesos,
en la nostalgia del cielo azul
en el acantilado del barro negro,
en la añoranza del baúl
donde busco y me reintegro
del agua cristalina de la aurora,
en el talle de memoria,
en la mirada guiadora,
en la magnificencia de tu gloria,
en la quietud del abismo del que contempla,
en la respiración del cadencioso anhelo,
en el que pinta y tiembla,
en la presurosa caída de tu pelo,
en la búsqueda de la verdad,
de la justicia que es deseo,
en la caricia que es bondad,
en reflejo de tu vanidad,
en el corazón mismo de tu paz,
de tus valles y tus lagos,
en la sed voraz de magos,
en el cantar de mil aves,
en el ronroneo crepuscular de tus ojos negros,
así yo veo y me ves
En la búsqueda interminable del ser
en la nostalgia del ayer,
en la mañana cálida del devenir sincero,
en la rosa y el Jasmín,
en junio como en febrero,
en el amor de tu jardín,
¡así te quiero!,
¡así yo espero!
En la inquietante ansiedad de juventud,
de esa que ya no hay, en el encierro,
buscando agua en el olvido y el ayer
de la cual no quiero, y me aferro.
¡Del bálsamo mi recuerdo!
Esa Luz pálida del amanecer
¡De añoranzas de hombre cuerdo!
¡Del nuevo acontecer
que contempla el paisaje de esos ojos,
de los árboles, aquellos que nos vieron!
¡Arboles que no encontraron auxilio del viajero,
que sin poder huir, esperan un destino nuevo!
¿Qué pasa en el mundo entero
¿Qué es lo que no entiende el manual?
¿Qué en la naturaleza no hay hombre sincero?
En esta búsqueda del temporal,
que ame la tierra del navegante,
en este fuego actual, de juventud,
del mar avasallante de los cielos,
de tu entrecejo entre cabellos nuevos,
que cuide lo que en teoría te brinda paz
¿Por qué el dolor y necedad
de perturbar el aire del niño,
del abuelo?
¡No hay razón para callar el desconsuelo!
¡Para rayar en lo mismo!
¡En el cuaderno y el tintero de mis recuerdos!
Acuerdos de amor y de bondad,
de encuentro y desencuentro,
del imborrable recuerdo de tus ojos bellos,
azul como la brisa cálida del mar
en la lluvia artesanal,
en el interminable borbotoneo de tus besos,
entre tus manos y mis manos me veo
tratando de retener, de acariciar
ese sabor de humedad, que encierro
en el baúl de mis recuerdos,
en el respaldo de tu piel y mi piel,
entre tu pecho y mi palpitar de hombre nuevo,
en el borboteo del café, del chocolate
del no querer amanecer,
que no despierten tus pestañas jamás de ese sueño tan sincero,
¡en la cúspide de la montaña,
en el grito de desbordante de llegada!
en el sueño sutil de la mañana,
en el rosa de tu amanecer
en la incansable luz de tu mirada
en tu sombra en el atardecer
en tus sueños de navidad y año nuevo,
en tu deseo de crecer,
en tu necesidad de ver el nido desde otro cielo
así.
¡Así yo te quiero!