Poemas de Octavio López Rojas
El poeta y escritor Octavio López Rojas. Cortesía

Escritor y poeta originario de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Nació el 31 de diciembre de 1973. Para comentarios pueden escribir al correo octavioloro@hotmail.com.

Al despertar

Al despertar,

en este camino de enfermedad,

en este camino de soledad,

me sé solo

en esta angustia sin cesar,

del devenir en tu mirar.

 

Realmente solo,

en el espacio del tic tac,

en la esfera de navidad,

en este lento respirar,

voy transitando la angustia del otro.

 

En la sala del hospital,

donde espero que no estés

me dibujo en soledad,

con este gesto de ansiedad

¡Me angustias madre mía!

¡Con esa carga viral del asesino silencioso!

Con el miedo a no mirar,

con el no comprender tu perplejidad,

de tu movimiento lento,

lento, cansado y solo,

con esa paz que no encuentro,

con la angustia de no abrazarte,

al menos.

 

El covid me desgarra lento,

y regreso en sueños al sitio de la ciudad,

donde todo comenzó.

En esa mañana gris,

donde cargabas un veliz,

rumbo al viaje aquel

que para mi era día de campo,

acompañada de pájaros tiernos,

donde el hombre aquel,

te deseaba buen viaje y quedaba solo.

 

¡Ahora puedo entender que sentía!

¡Que sonreía en la distancia y su mano iba vacía!

Al despertar,

los problemas tocaron mi puerta,

pero sé que me acompañas

en todo momento.

¡Que sueño aquel de recordar lo que en sueños yo viví algún día!

 

Donde planeamos pagar esa desdicha,

para evitar volver,

con aquella violencia

a la entrada de tu puerta,

en soledad,

desde aquel día,

una vigilancia sola de mujer,

como menor de edad,

¡Con arrojo mujer y valentía!

 

Hoy al despertar,

sé que me acompañas en soledad,

que me procuras y que me pides calma,

¡Pero no puedo pensar y sentir al mismo tiempo!

Sé que es así, lo se,

¡Pero me quiebro!

En el silencio,

en tu despertar,

quisiera abrazarte,

correr a tu encuentro,

¡Pero no puedo!

¡El covid-19 está contigo y no puedo con eso!

¡Libérate pronto decía!

Del opresor cautivo de tu desventura,

abrázate fuerte a Dios que todo lo cura,

¡Que un alma buena no puede sufrir tal amargura!

Al despertar.En pandemiaAlegre camina una mujer,

asustando mundos enteros,

maltrata por doquier al arte,

creando un total desencuentro.

 

¡A mí, que me oculten aparte!

Mil formas de celebrar respiran,

pues verla es dolor de querer,

en un aliento de melancolía.

 

Tratando vas con sonrisa,

ocultando la sombra siniestra,

en suplicio cruel de agonía,

de aquel que en la fiesta piensa.

¡Querer celebrar a la muerte,

cosa de locos diría!

La dama pasea y pasea,

Furtivo en carnes fenece.

 

Ella complace al que viene,

sobre todo quien no se cuida.

¡Cuidado, amor, cuidado!

¡Cuidado con el desencanto!

 

Y de cura que tanto prometen.

¡Dejadme morir bien dulce dama!

¡No des zozobra a mi pecho,

y disculpa, por no abrazarte!

 

¡Pero hoy, hoy no tengo ganas!