Durante dos años, Cazzu fue víctima del acoso mediático: su relación con Christian Nodal, el embarazo y la ruptura se convirtieron en tema de conversación. Sin embargo, eligió el silencio.
Mientras se discutía si estaba sola, si él era ausente, si era víctima o villana, ella demostró que su propia situación fue una muestra clara de la presión social y mediática que padecen las mujeres.
“Como decía Simone de Beauvoir, basta una crisis económica, política o social para que los primeros derechos que se cuestionen sean los de las mujeres. Por eso debemos estar siempre alertas y seguir peleando, sin bajar la guardia”, indica la cantante en entrevista.
Hoy, Julieta Emilia Cazzuchelli, mejor conocida como Cazzu, regresa a la escena musical y a México y también debuta como escritora. Su álbum Latinaje mezcla trap, reguetón, bolero y cumbia, y marca un giro artístico respecto a sus trabajos anteriores. A la par, su primer libro, Perreo, una revolución, propone una reflexión íntima y política sobre el cuerpo, la maternidad, el deseo y el reguetón como lenguaje de resistencia femenina.
Sin nombrar directamente a Nodal, tanto el disco como el libro funcionan como una respuesta simbólica al juicio público que enfrentó como madre y figura mediática. Y aunque algunos perciben este momento como un “quiebre” o un despertar, ella lo ve de otro modo. “La verdad es que las transformaciones personales no se construyen ni se destruyen de un día para otro”, comenta la argentina.
En dicha publicación, la nacida en Jujuy entrelaza temas como la sororidad, el deseo, la maternidad y lo relacionado con el cuerpo femenino, algo que considera se está perdiendo. “En mi país estamos viviendo una crisis que pone en riesgo muchos de los avances que el feminismo logró”, lamenta.
En Latinaje, Cazzu experimenta con géneros y estructuras más tradicionales como la balada o los corridos tumbados, sin abandonar sus raíces urbanas.