Versos que derraman dolor y a la vez esperanza se escribieron de forma monumental sobre los acantilados del norte de Chile, en una pared de piedra de 800 metros encima del mar de Caleta Vitor, acción performática realizada por el poeta chileno Raúl Zurita (Santiago, 1950), quien, después de varios intentos fallidos, logró proyectar 22 versos pertenecientes a su poema “Verás”.
Fue el 24 de marzo de 2024 que el poema de Zurita se escribió con la ayuda de la luz del sol en una enorme pared de un acantilado de Caleta Vitor. En ese momento, la fuerza lírica de Zurita se unió al paisaje y a la naturaleza del lugar con su versos: “Verás un mar de piedras, verás margaritas en el mar, verás un Dios de hambre, verás el hambre, verás un día blanco, verás que se va, verás no ver, y llorarás”. Esto fue posible gracias a la colaboración del colectivo artístico Delight Lab (integrado por los hermanos Andrea y Octavio Gana) y el apoyo de la Fundación Engel.
En “Verás”, Zurita imaginó cuerpos arrojándose al vacío, miradas cruzadas en el último instante y frases de amor, locura y muerte, grabadas con su propia caligrafía. El último verso, “Y llorarás”, permaneció iluminado en el acantilado, con un tamaño aproximado de 300 metros, hasta que se extinguió la luz del sol. A la par, Zurita recitó el poema, acción que fue registrada de forma documental y será presentada como parte de la exposición “Verás: el último proyecto”, en las rejas de la Casa del Lago de la UNAM (Bosque de Chapultepec, Primera Sección).
En conferencia de prensa, Zurita habló sobre el trabajo realizado en Chile con la proyección de sus versos, así como su apreció por ser recibido en Casa del Lago. “Yo me creo, o presumo, ser un poeta, porque mi trabajo es con las palabras, pero de pronto veo el cielo y creo que sería un buen lugar para escribir un poema, eso, después cuando hice los trabajos en el desierto, simplemente fue testimonio de un tipo más sobre la Tierra, ahora con estas 22 frases pensé que tenía que trabajar y con mi vida, sin ningún dramatismo”, expresó.
Zurita rememoró el día en que se realizó la acción, y mencionó que fueron 40 personas las que apreciaron el evento. “Eso lo hizo más íntimo todavía; en este mundo, en esta Tierra, tan devastadoramente rebasada con escombros de sangre, fue como un pequeño punto de inflexión, un tantito, de que nadie merece lo que pasa, y es que el sueño es que un día la humanidad sea digna, pero el universo en el que habita esto se ve más lejano”, apuntó.
El autor profundizó sobre el poema en cuestión. “En esas 22 frases también hay desengaño, un asunto de terminación con ‘Y llorarás’, cuando todo se va perdiendo y todo se va alejando verás cielos en fuga; tal vez, la poesía la esperanza de lo que no tiene esperanza, es el amor de lo que carece siempre amor, es la posibilidad de los que no tienen ninguna posibilidad”, dijo.
Raúl Zurita también abordó el tema de la muerte en relación con la crisis civilizatoria que invade el presente: “Quiero pensar, quiero creer, que si el último instante en la vida de cualquier ser humano, sea en las condiciones que muera, bajo tortura o bajo todas las formas que esta humanidad endemoniada inventó para fregarse unos a otros, ojalá que ese último segundo sea un segundo de paz, porque nadie pidió vivir, pero nadie pidió morir de esas formas”.
