La 46 edición de la Feria Internacional del Palacio de Minería (FILPM), que se llevará a cabo del 21 de febrero al 2 de marzo próximo, contará con una reducción de al menos 100 actividades, respecto al programa de 2024, para reducir el costo de los stands y así ofrecer un ajuste del 30 % en su precio.
Fernando Macotela, director de la FILPM, indicó: “Nos acusaron de que éramos la feria más cara, pero nunca nadie se quejó de que fuéramos la feria más larga, ¿verdad?, y que ofrecíamos por el mismo precio dos días adicionales de ventas. (Pero) en cuanto se cortaron esos dos días, (los expositores) empezaron las críticas y se preguntaron por qué dos días menos. Bueno, porque nos costaba mucho dinero entre horas extras del personal de base. Todos hemos tenido que echar recortes al presupuesto, aunque tendremos 1,048 actividades”.
Sin embargo, reconoció que, pese al ajuste del precio, el Fondo de Cultura Económica (FCE) no acudirá al encuentro por tercera ocasión consecutiva. Tampoco asistirá la editorial Planeta y otras instituciones públicas que tradicionalmente acudían, como la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), el Instituto Nacional Electoral (INE), el Museo de Historia Natural, la Cámara de Diputados y el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM).
Estas, detalló Rubén García, encargado de comunicación de la FIL Minería, no participaran por problemas presupuestales. Al respecto, Macotela dijo que “los recortes presupuestales nos hicieron ver que varias instituciones públicas no van a asistir a la FILPM, después de muchos años de sí hacerlo. En fin, son tiempos de crisis, ni siquiera diría nacional, sino mundial.
“Además, el presidente del vecino del norte (Donald Trump) no contribuye mucho a eso, con su cultura galopante, que no es una inspiración. Extraño al presidente Obama, quien aún recomienda su lista de libros y discos, pero en el caso del actual presidente, mejor que no nos diga qué es lo que prefiere”, añadió.
Rubén García también justificó el ajuste de 12 a 10 días de la feria. “Empezó con ocho días, después subió a nueve y al final llegó a 12, y en esta ocasión bajamos a 10. Nos estamos ajustando al resto. Hay ferias de ocho o nueve días, pero nosotros éramos la que más duraba. El ajuste es para ponernos en la misma línea y eso nos sirve para hacer los ajustes que se requería para el presupuesto y demás”, expuso.
Macotela también habló sobre el creciente número de ferias del libro en México: “Ahora hay muchas, yo diría, tal vez demasiadas. Sin embargo, los editores podrán decir algo al respecto, porque en la medida en que ha crecido el número de ferias ha disminuido el número de librerías”.
Finalmente, señaló que, aunque la FILPM tenga ajustes, no hablará de números rojos. “Esta feria no tiene que preocuparse por volver a mencionar números rojos o números negros. La feria, según dijo nuestro rector (Leonardo Lomelí Vanegas) es uno de los elementos más importantes de la difusión cultural, es una de las actividades sustantivas de la UNAM y nunca le va a faltar apoyo. (Mientras tanto) aquí seguiremos adaptándonos a las circunstancias”, aseguró.