En la primavera de 1943, el piloto y escritor Antonie de Saint-Exupéry publicó una de las obras que a la postre se convertiría en la más famosa de toda su producción literaria. En aquella historia, el francés creó a un personaje misterioso que tiene una amplia curiosidad pero que, al ser cuestionado, casi nunca responde.
La premisa sirvió para que el dramaturgo William Ordóñez y el elenco del grupo Letra y Movimiento dieran vida a los protagonistas de esta pequeña novela. La obra se presentó en el teatro Francisco I. Madero, utilizando elementos escenográficos como un avión antiguo y una roca que simulaba el trono de un rey, además de un pequeño farol.
La historia comienza cuando un piloto, en medio de la nada, se encuentra arreglando su aeronave, que al parecer tiene una falla mecánica que le impide seguir con su vuelo. A él se acerca un ser pequeño (el Principito, interpretado por Matías Ortega Anzueto), que pese a estar en medio de la nada y alejado varios miles de kilómetros de cualquier civilización, se ve muy tranquilo y sin señales de estar extraviado. Pronto surge una conversación entre ambos que termina en una gran amistad.
Poco a poco, cada uno de los personajes van apareciendo en escena, provocando la risa de los espectadores por momentos. William Ordóñez, director de Letra y Movimiento, explicó que por primera ocasión el papel del Principito recayó en un niño, ya que en las tres representaciones pasadas fue interpretado por mujeres.
Indicó que para esta ocasión el grupo se reforzó con la participación de nuevos talentos, entres estos Matías Ortega Anzueto como el Principito y Sebastián Ortega Anzueto en el personaje del Zorro; además de las actuaciones de Gilberto Martínez Flores como el Piloto y Abril González como la Flor y la Serpiente.
Destacó que el grupo Letra y Movimiento nació en el año de 1986, cuando aún era estudiante. Desde entonces han deleitado al público con varias puestas en escena.