Qué pasó con la secta liderada por Charles Manson

En una espiral de violencia durante el 8 y el 9 de agosto de 1969, varios de los integrantes de una secta que se conocía como la “Familia Manson” asesinaron en Los Ángeles, California, a siete personas, incluida a la actriz Sharon Tate, esposa del famoso director de cine Roman Polanski.

Tate, quien para entonces tenía ocho meses de embarazo, fue apuñalada 16 veces cuando intentaba huir de la masacre.

La noticia sacudió al mundo, sobre todo por la violencia de los actos.

Y el rostro de Charles Manson al ser capturado pocos meses después, con una X marcada entre las cejas y su mirada desafiante, llegó a las portadas de los periódicos y los titulares de los noticieros.

Manson, quien murió a los 83 años de edad, fue sentenciado a muerte por ser el autor intelectual de los horrendos crímenes. Más tarde, su condena fue cambiada a cadena perpetua.

Pese a ser la figura prominente y visible del culto, él no fue el autor material de los asesinatos. De hecho, no estuvo presente cuando ocurrieron varios de ellos.

Los crímenes fueron perpetrados por los otros miembros de la “familia”, a quienes Manson había reclutado durante dos años y que vivían en un rancho abandonado cerca de Los Ángeles: Patricia Krenwinkel, Leslie Van Houten, Susan Atkins, Linda Kasabian y Charles Watson, entre otros.

Cómo los descubrieron

De acuerdo a los reportes policiales, Atkins fue la razón detrás de la caída de los otros miembros de la “Familia Manson”.

Tenía 18 años cuando conoció a Manson y de inmediato se unió a la secta. Era 1966.

En octubre de 1969, dos meses después de los espantosos crímenes en Los Ángeles —de los cuales la policía no tenía una pista firme sobre los responsables—, Atkins fue capturada junto a los miembros de la “Familia Manson” por un caso de robo de carros.

A partir de esa descripción, la policía pudo desarticular el clan Manson y llevarlos a juicio.

En 1972, su sentencia de muerte fue reducida a cadena perpetua, al igual que las de los demás miembros de la “familia”.

La estadía en la cárcel ejerció un cambio en ella: se convirtió al cristianismo, se transformó en una líder espiritual dentro de la prisión e inició una serie de trabajos de caridad.

Pero, a pesar de su cambio, la libertad condicional le fue negada 13 veces. Murió en 2009 en la prisión de mujeres de Chowchilla, California, a los 61 años.