Rafael Amaya regaló a sus perros

Cuando Rafael Amaya fue internado por una sobredosis en una hospital de la Ciudad de México, sus dos perros, un pastor alemán negro y un doberman fueron llevados a una pensión en el Ajusco.

Aunque al principio no hubo conveniente con los gastos porque su asistente se hizo cargo de los pagos correspondientes, en cuanto este dejó de trabajar con él, comenzaron los problemas, pues no pagaba a tiempo ni los recogía cuando decía que lo haría.

“Los dueños de ahí sólo quieren recuperar el dinero que gastaron en alimentar a los perros desde que Rafa saldó la cuenta, y solo piden dos bultos grandes de comida por cada mascota para reponerlos al veterinario que les distribuye. Los entregan con vacunas y certificado de salud, pero tendrán el cuidado de que quien se los lleve sea un buen dueño, responsable, no como Rafa, al que de plano le valió”, revelaron.