Raúl Araiza triunfó sin palancas

Raúl Araiza triunfó sin palancas

Venir de una familia “acomodada” o con “palancas” en la industria parece un sueño dorado, sobre todo actualmente que está de moda el término “nepobaby”, pero, para Raúl Araiza Herrera, estas “ventajas” junto a la disciplina casi militar de su padre lo llevaron a perderse en un mundo de excesos.

Pese a ello, y tras tocar fondo, “El Negro” ha logrado consolidar una carrera en la farándula de 54 años, llena de altas y bajas sobre todo en cuestión familiar, en donde, dice, lo que mejor aprendió de su papá fue “como no educar” a sus hijas. Nacido en la Ciudad de México el 14 de noviembre de 1964 del matrimonio de la actriz Norma Herrera y el productor Raúl Araiza, “El Negro”, apodo que heredó de su progenitor, fue educado de manera muy estricta por su padre, al punto de no creer que tuviera vocación para la actuación.

Aunque el plan de Raúl estaba muy alejado de los escenarios y los reflectores de la televisión, pues él quería ser futbolista, sueño que siguió probándose en la cantera de Pumas, lo que tuvo que abandonar por sus adicciones.

“Mi papá me regañó toda la vida, me decía ‘es que tú no tienes vocación para andar con tu libreto, tocar puertas’, y le dije ‘a ver, yo no sé ni qué es vocación, cabrón’, yo quería ser futbolista, jugaba muy bien, me probé en Pumas, luego ya agarré la peda y ahí valió gorro todo”, dice.

“Estuve reprimido muchos años en la escuela militar, entonces llegué aquí a los 18, sin chupe, sin mujeres, sin nada, y acá me volví más loco y dejé el deporte. No te puedo decir que haya tenido vocación realmente”, explica en entrevista.

¿Tú papá te ayudóa entrar al medio?

El mío no fue así: era muy duro, un papá extremadamente estricto. Usaba mucho la idea del “no al nepotismo”, así que apoyó más a mi hermano, la neta. A mí me ayudó una sola vez… y me lo recordó toda la vida. En realidad, fui jalando solo en lo que podía. Por eso hice todo el cine que alcancé a hacer, luego entré a la etapa de los videohomes de acción, cuando todavía no estaba de moda el tema del narco. Después me fui al teatro, a donde hubiera trabajo, donde hubiera lana.

Tu padre te corrió deun proyecto. ¿Qué pasó?

Fue por mi culpa, también, por borracho. Él era muy duro, pero me enseñó muchas cosas. Era estricto y eso se me quedó: soy muy puntual y mi hermano y yo nunca hemos tratado mal a nadie, mucho menos al staff, a los equipos o a maquillaje. Mi mamá nos enseñó la clase y el don de gentes con el público y la prensa. Y los problemas en los que me he metido, ésos sí, han sido por mi culpa.

Entonces, no eres igual que tu papá con tus hijas...

No, yo fui un papá presente, cosa que mi papá no fue. Él fue un gran guía profesional y dio lo que pudo, desde la dureza, los regaños y los consejos, pero con poca presencia. No me dio trabajo, pero formó a dos hombres que saben trabajar y cuidar a su madre. Ella fue quien realmente nos sacó adelante en nuestra educación.

¿Cuál fue la mayor lecciónque te dejó tu padre?

Mi hermano lo dijo claro: tenemos que agradecerle a mi papá muchas cosas, pero sobre todo que nos enseñó cómo no educar a nuestros hijos. No hubo golpes, pero entendí que no todo es el trabajo. Para mí lo primero soy yo, luego la familia y el amor; el trabajo es solo un medio, no el fin.