Ha sobrevivido más de 350 millones de años sin modificación alguna en su estructura ósea, sus nueve ojos —dos compuestos y siete simples— le permiten tener una visión múltiple, su sangre es azul y está más cerca de las arañas y los escorpiones que de los crustáceos.
El cangrejo herradura, limulus en latín, ha fascinado al artista británico Brian Nissen (1939) desde principios de los años 80, cuando lo vio por primera vez en la laguna de Menemsha, en la isla de Martha’s Vineyard, cerca de Cape Cod; y a lo largo de cuatro décadas le dedicó diversas obras, entre esculturas, cerámicas, collages y bajorrelieves.
“Uno de los aspectos maravillosos del cangrejo herradura es que nos llega intacto desde las profundidades del tiempo. Ha estado con nosotros durante centenares de millones de años. Fue un habitante de Pangea, un testigo de la escisión del supercontinente original. Es tan viejo que desafía nuestra idea del tiempo”, dice en entrevista.
“Encontré un raro esplendor en este animal. Su forma fantástica parecía algo sumamente antiguo, pero a la vez extrañamente moderno. Evoca una especie de casco militar, mientras que por dentro se ve como un alacrán ancestral. Es temible, fantástico, una maravilla de la mecánica natural”, agrega.
Ahora, por primera vez, el creador afincado en México desde 1963 exhibe 70 piezas inspiradas en este animal en la exposición “Limulus, el fósil viviente”, que se inaugura el próximo sábado en la Galería 526 del Seminario de Cultura Mexicana.