Con la publicación de la partitura de “Ritual”, de Manuel Enríquez, el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical Carlos Chávez (Cenidim) celebra los 50 años de su fundación y conmemora los 30 años del deceso del compositor. El investigador Luis Jaime Cortez, quien presentó en días recientes esta publicación, cuenta que Enríquez fue fundador de facto del Cenidim y que, en el marco de las dos efemérides, se vio que era “importante homenajear al maestro y recuperar, de muchas maneras, su legado”.
“Pensamos que esto no solo es importante de cara al personaje, sino en la perspectiva de que el Cenidim le regrese algo de lo mucho que dio. Su misión, en la década de 1970, fue crear un centro de investigación que difundiera e hiciera proyectos de documentación de la música en todos los géneros”, señala.
Sin cambios
Sobre “Ritual”, que describe como una obra fundamental del repertorio sinfónico mexicano, afirma que, desde su estreno, en 1973, se ha interpretado “casi como una especie de repertorio ya establecido, pero siempre a partir del manuscrito, que sirve como base y, aunque es muy bueno, siempre resulta complicado tocar desde él. Entonces, lo importante en este proyecto editorial es tener las partituras disponibles en una edición profesional”.
La idea es que la obra sea más accesible —continúa—, más legible para todo tipo de público, desde los estudiantes hasta los intérpretes e investigadores, si bien, en principio es para un director. “Pero es muy interesante todo el sistema de signos; es una partitura gráfica y, quizá, es una de las más importantes partituras gráficas de la música mexicana. No es una obra gráfica abierta, digamos, aleatoria, por completo. Es valioso ver cómo se constituyó así desde muy temprano, en el año 73”, afirma el investigador.
“Es una obra que se conoce como aleatorismo controlado, donde está muy claro lo que tiene que hacer cada intérprete, pero en el marco de una creatividad en la que el intérprete colabora. No están dadas todas las notas y todos los ritmos exactamente como pasa en una partitura tradicional”, continúa, y recalca que “Ritual” se hermana con el contacto que Enríquez tuvo con la escuela polaca y con el evento Otoño en Varsovia, “uno de los festivales de música contemporánea más importantes del mundo”.