Joaquín Vásquez Aguilar, o “Quincho” como le decían muchos integrantes de la comunidad cultural del estado, fue recordado en un evento cultural que se llevó a cabo en la casa de la cultura Luis Alaminos Guerrero.
El viernes 8 de agosto, diversos autores hablaron de la obra poética del poeta oriundo de Cabeza de Toro, quien fue recordado a través del documental Capusbovence del mar: vida y obra de Joaquín Vásquez Aguilar, de Raúl Vera. Además, hubo una mesa de análisis y lectura de poemas con Antonio Alfonzo y Chary Gumeta. Finalmente, Elizabeth Pang presentó una actividad de danza y poesía.
El documental
Capusbovence del mar: vida y obra de Joaquín Vásquez Aguilar es una producción audiovisual realizada por Raúl Vera, misma que se encuentra disponible en la página web del Acervo Chiapas Visual y Sonoro (https://acervochiapas.com).
El material se proyectó como parte del homenaje al escritor. La sinopsis detalla que “Joaquín Vásquez Aguilar (‘Quincho’) es un poeta chiapaneco que nació en Tonalá, Chiapas, lugar donde comenzó la producción de su obra. Por ello, este material recrea la vida y obra del autor”.
Vásquez Aguilar fue un creador que abordó distintos géneros, como poesía, relato, ensayo y artículos, destacando notablemente en el ámbito poético. Publicó sus primeros poemas a la edad de 23 años, en la revista del Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas (Icach).
Su obra poética comprende los libros Cuerpo adentro (1978), Aves (1989 y 1994), Vértebras (1982), Casa (1984), Cuaderno perdido (1989), Erguido a penas (1991), Feminario (1992), Antología personal (1993) y Pequeño paraíso perdido (póstumo, 1996).
Detallan que gracias a su cercanía con el maestro Luis Alaminos, se vio influenciado por la lecturas de grandes poetas contemporáneos de la lengua española como Federico García Lorca, César Vallejo, Miguel Hernández, Pablo Neruda, Vicente Huidobro y Reynaldo Velásquez, pero sus piedras angulares serían César Vallejo, Juan Rulfo y Jaime Sabines.
Joaquín Vásquez Aguilar falleció en los primeros días de enero de 1994, dejando entre sus cosas un volumen de poesía que acababa de escribir, el cual tituló Pequeño paraíso perdido.