Caminar de “la mano en la mano” fue lo que hizo Charles de Gaulle con los habitantes de la Ciudad de México, durante su visita de estado al país en 1964. Este 16 de marzo se cumplen 60 años de ese encuentro diplomático que reforzó las relaciones entre México y Francia, y el cual se celebra con la inauguración de una exposición fotográfica.
“60 aniversario de la visita del general De Gaulle a México” es el título de la muestra, que se encuentra en el Excolegio de la Santa Cruz de Tlatelolco y que reúne fotografías del Acervo Histórico Diplomático de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Archivo Histórico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del Archivo General de la Nación y la Agencia Francesa de Noticias (AFP).
En las imágenes se puede dar un vistazo a la visita de tres que hizo el presidente Charles de Gaulle con su esposa Yvonne Marie Vendroux. El general francés fue el primer mandatario extranjero en dar un discurso desde el balcón de Palacio Nacional, un discurso que dio en español ante miles de asistentes y que se hizo famoso por su frase en la que propone que Francia y México caminen de “la mano en la mano”. En su estancia en la capital visitó Ciudad Universitaria, donde se desbordó el numeroso público que fue a verlo al auditorio Justo Sierra de la Facultad de Filosofía y Letras. De Gaulle también visitó el Ángel de la Independencia, la Basílica de Guadalupe, la Unidad Habitacional Independencia y viajó a Teotihuacán.
En la exposición también se muestran documentos históricos como itinerarios, discursos y más. Antes de la inauguración, un grupo de especialistas reflexionó sobre el impacto que tuvo la visita de De Gaulle al país.
Soledad Loaeza, profesora emérita del Colegio de México, explicó que el contexto en el que llegó el mandatario francés era un momento en el que estaba la campaña presidencial de Gustavo Díaz Ordaz y, aunque en aquel entonces “se sabía el precio del huevo, la leche y quién era el siguiente presidente de México”, el país estaba en un momento en el que era necesario abrir otras alternativas para el desarrollo, que era las relaciones exteriores.
La especialista destacó que además del apogeo del PRI, en ese entonces se vivía un apogeo de la cultura francesa, con sus películas, su literatura y sus filósofos, al grado de que “en las escuelas se hablaba de la revolución francesa, pero no de Thomas Jefferson”; es decir, que la cultura e historia estadounidense no tenía la misma fuerza.
Otra peculiaridad que destacó Loaeza sobre ese encuentro es que la presencia y carisma de Charles de Gaulle hicieron que el público mexicano empatizara con él y su estancia fuera un suceso emotivo, capaz de incluso hacer olvidar a los mexicanos la intervención francesa.