José Manuel Cuéllar Moreno (Ciudad de México, 1990) ofrece un viaje, resultado de una extensa investigación, para explorar una de las facetas desconocidas del filósofo mexicano Emilio Uranga: la de crítico literario.
En el libro Herir en lo sensible (Bonilla Artigas Editores, 2025), Cuéllar Moreno recupera 130 textos de crítica literaria de Uranga, cada una con sus particularidades, y que deja ver a un Uranga que no temió criticar a las estrellas literarias del siglo XX. Para el autor, Uranga es un amplio tema de investigación, y por ello ha profundizado en la vida y obra de este filósofo, mayormente conocido por el libro Análisis del ser mexicano (1952).
Tras comenzar a investigar a Uranga, el autor se dio cuenta de que el filósofo escribió diferentes textos en columnas periodísticas de la época. “A lo largo de los 60 publicó en ‘La Prensa’ su columna. Tenía un título que le venía muy bien, ‘Examen’”, apunta. En esta columna, Cuéllar Moreno halló “verdaderas joyas, perlas de sabiduría”. “En este océano de artículos se ocupaba de comentar las novelas que estaba leyendo, o que entonces estaban publicando, y sus obsesiones de siempre, de adolescente, como Johann Goethe, como Marcel Proust, pero también criticaba a personajes contemporáneos, gente que conocía, como Elena Poniatowska, como José Emilio Pacheco”, apunta.
De acuerdo con la investigación, el estilo de crítica literaria de Uranga estuvo marcado por su estilo cínico y ácido. “Yo siempre digo que Uranga era de estos pensadores que mojan la pluma en veneno antes de escribir, tiene esta acidez, tiene este cinismo, que no es simplemente adorno retórico, él utiliza el cinismo”, señal.
Su pensamiento existencialista fue lo que lo llevó a ser un crítico inclemente, concluye Cuéllar Moreno.
