Recuperan mascarón de jaguar
La especialista destacó la importancia de rescatar el estuco que conserva la capilla del siglo XVI. Cortesía

Cristian Hernández, restauradora del INAH, recuperó la estabilidad de un mascarón prehispánico en el sitio arqueológico Oxtankah y trabajó en el rescate de los enlucidos de una capilla del siglo XVI en este espacio.

Dicha pieza, realizada en estuco modelado, es la única que se preserva in situ en esta antigua ciudad maya, cuya vida se extendió por más de mil 500 años en la región de la bahía de Chetumal, en el extremo sureste de lo que hoy es Quintana Roo, explicó la especialista.

Detalló que este mascarón decora la Estructura 4 de Plaza Abejas y simboliza a un jaguar estilizado, posible representación del Witz (el cerro de los mantenimientos en la concepción maya), que data del periodo Clásico Temprano (200-650 d. C.).

Esta pieza, abundó, le da al edificio una importancia simbólica, ya que tiene una planta laberíntica y con orientación de la fachada hacia el este, rumbo que marca el nacimiento del nuevo día.

Además, el INAH detalló que este mascarón prehispánico resultó afectado por el paso del huracán Dean, en 2007; luego del derribo de la palapa que lo protegía y de recibir una precipitación pluvial inusitada que elevó su concentración de humedad.

En cuanto a la intervención, Hernández destacó que se hicieron calas estratigráficas para reconocer los tipos de materiales; así como ubicar reposiciones contemporáneas, algunas de las cuales fueron aplicadas con cemento, las cuales normalmente afectan a las estructuras.

De acuerdo con la evaluación preliminar y la intervención directa para recuperar la pieza y revertir los daños causados, Hernández determinó aplicar un tratamiento al estuco modelado que, en su parte central, tiene 3.54 metros de longitud y 48 centímetros de altura máxima. Además, llevó a cabo una limpieza del repinte, a base de agua-alcohol, lo que permitió delimitar el resane del original y, posteriormente, iniciar la consolidación de las disgregaciones del material pétreo.

La restauradora también apuntó que para recuperar la pieza fue necesario consolidar el material con agua de cal y lechadas de cal con cargas de la región, como sascab y polvo de piedra; y se eliminaron resanes e intervenciones que dejaron de ser funcionales, con base en las imágenes que el propio INAH obtuvo en 1997, durante su primera intervención.