Recuperan obsesiones de José Agustín
El libro se presentará el 25 de julio, en el Multiforo Cultural Alicia. Cortesía

El rock fue el vehículo de placer y estudio más intenso de la vida de José Agustín (1944-2024), además de la literatura. El rock estaba en el top ten de su consumo espiritual”, afirma José Agustín Ramírez, el menor de los tres hijos del escritor fallecido el pasado 16 de enero.

“Desde muy niño se hizo adicto a la radio. Y, después, su padre, que era piloto aviador, le traía discos. Se volvió un pequeño experto. Y, de manera obsesiva y cuidadosa, armó su colección, que siempre conservó con esmero y actualizó”, agrega en entrevista el creador visual.

El integrante de la llamada literatura de La Onda decidió compartir su conocimiento y su pasión por este género musical en el ensayo La nueva música clásica, que se publicó en 1968; e hizo una segunda versión en 1985. Ahora, ambas son reunidas y recuperadas íntegramente por editorial Grijalbo en un mismo tomo, con prólogo de Alberto Blanco y una “coda” escrita por Agustín Ramírez, en la que revisa los últimos 30 años de esta manifestación.

Ramírez añade que, en la segunda edición, su padre “desechó por completo el primer ensayo, salvo el título y la temática. En el primero se ve a un José Agustín muy joven, experimental y juguetón. Y para el segundo recopiló varios artículos de rock y los mezcló con paisajes autobiográficos y sus impresiones personales”.

Señala que este título es uno de los más olvidados de la producción de José Agustín. “Sus lectores reactivaron la primera edición en internet. Pensamos que sería pertinente presentar los dos ensayos a los jóvenes, porque ahora se pueden leer y escuchar al mismo tiempo. No sé qué hubiera opinado mi padre”, refiere.

Ramírez asegura que las “obsesiones musicales” de su progenitor siempre fueron las mismas, que no cambiaron, solo se ampliaron. “Pero su amor por la música clásica, el rock, las tradiciones populares y la música nueva se mantuvieron”, indica.

Prueba de esto son los miles de discos de 45 revoluciones por minuto, los long play, los casets, DVD y discos compactos que integran el acervo de José Agustín. “Son miles. No los hemos contado. Se deshizo de muchos, porque no comprendía su valor histórico y sentimental. Están bien guardados. Pero hace falta clasificarlos”, admite.

Dice que su padre lo educó con esa música, que “oía a todas horas, a todo volumen, toda la vida. No le importaba si protestaban los vecinos”. Ramírez destaca que la música y la literatura fueron la forma en que se comunicó con su padre hasta el final.

Ahora planea realizar un documental sobre la vida de José Agustín, con Margot Cortázar; y rescatar los poemas de amor que el escritor le dedicó a su madre.