La película Titanic, dirigida por James Cameron, es una obra maestra que perdura en el tiempo como un clásico inolvidable. La trágica historia de amor entre Jack Dawson y Rose DeWitt, magistralmente interpretados por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, se desenvuelve a bordo del majestuoso transatlántico Titanic durante su viaje inaugural. Su romance se entrelaza con la opulencia de la era eduardiana, aunque el destino del barco queda marcado por un fatídico encuentro con un iceberg.
La cinta ha alcanzado el estatus de clásico global y se destaca como uno de los mayores éxitos de taquilla en la historia del cine. James Cameron, con su narrativa envolvente, sumerge al espectador en la extravagancia del Titanic y ofrece un meticuloso retrato de la vida a bordo, además de las marcadas diferencias sociales de la época. Más que capturar la grandiosidad arquitectónica del transatlántico, la producción revela la tragedia que envolvió a sus pasajeros en la gélida noche del Atlántico Norte.
Sin embargo, un aspecto menos conocido del impacto económico que tuvo y sigue teniendo la película es el continuo beneficio para los actores que participaron. Uno de los casos más destacados es el de Reece Thompson, quien a una corta edad interpretó a un niño irlandés de la tercera clase del barco.
En una entrevista con Business Insider en 2018, el actor, reveló que aún recibe ingresos gracias a Titanic, más de 27 años después de su estreno. Asimismo, en aquella ocasión, Thompson recordó cómo comenzó su carrera como modelo infantil y cómo surgió la oportunidad de participar en la cinta. “Resultó ser una de las películas más taquillera de la historia, por lo que es bastante extraño verlo en retrospectiva. Mi mamá dijo ‘hagámoslo, será genial. Incluso si la película es mala, la veremos’”, expresó.
Además, mencionó que recibió alrededor de 25 mil dólares por su trabajo en la película, fondos que fueron depositados en una cuenta bancaria para cubrir sus gastos de subsistencia y educación. Pero eso no fue todo, años después del estreno, gracias a las regalías, Thompson continuó recibiendo cheques por varios miles de dólares cada tres meses. Con el tiempo, estos montos se redujeron a entre 100 y 300 dólares mensuales.
“Es curioso porque esto ya no está presente en mi mente. No es que piense ‘oh, ¿cuándo voy a recibir un nuevo cheque?’, pero cuando sucede es como decir ‘oh, genial, 100 dólares extra’”, dijo.