La palabra “tsunami” se refiere a una serie de grandes olas generadas por disturbios en el fondo marino, erupciones volcánicas, deslizamientos submarinos o el impacto de grandes asteroides en el océano, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
De acuerdo con el organismo internacional, estos eventos se originan cuando hay “un movimiento vertical del fondo marino con el consiguiente desplazamiento de masas de agua”. Los tsunamis pueden presentarse en una serie de olas sucesivas que alcanzan las costas con intervalos de entre 5 y 60 minutos.
La ONU explica que las olas pueden parecer “muros de agua que se desplazan rápidamente hacia el interior y pueden retirarse tan lejos que el fondo marino queda expuesto antes de la llegada de la siguiente ola”, la cual arrastra restos y escombros a su paso.
Zonas vulnerables
Los tsunamis pueden formarse en cualquier océano, mar interior o gran masa de agua del mundo, señala la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), una agencia gubernamental de Estados Unidos.
No obstante, algunas áreas son más vulnerables debido a su proximidad a fuentes locales de tsunamis y a factores geográficos específicos, como la profundidad marina y su topografía.
Específicamente, el océano Pacífico (la cuenca oceánica más extensa del planeta) es la región donde ocurren la mayor parte de la actividad sísmica y los tsunamis, describe la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).
Debido a su ubicación en el llamado “anillo de fuego”, esta región experimenta una intensa actividad tectónica que resulta en una mayor incidencia de terremotos y erupciones volcánicas, dos de las principales causas de los tsunamis.
Sismos recurrentes
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, “el 90 % de todos los terremotos y el 81% de los sismos más intensos ocurren a lo largo de este anillo”, donde la placa del Pacífico interactúa con otras placas tectónicas, incrementando la probabilidad de tsunamis.
El organismo estadounidense agrega que, desde 1900, los tsunamis con mayor alcance han tenido su origen en Alaska, Chile, Japón, Indonesia, Pakistán y Rusia, causando efectos destructivos incluso en costas lejanas.