Nace en el año de 1943 en el municipio de Altamirano, Chiapas. Su nombre es René Caballero Aguilar, compositor y miembro de la Asociación de Autores y Compositores de Chiapas, que el domingo estuvo celebrando esta profesión.
Fue en su tierra natal donde empezó a escribir poemas y luego a crear algunas canciones, después de que no pudo continuar sus estudios. Tras esto, logra pertenecer al círculo literario Zona Selva, conformado por autores de Palenque, Yajalón y Ocosingo.
Junto con los integrantes de ese grupo, logra instaurar el Premio de Poesía Ydalio Huerta Escalante, además de que pudieron editar el libro de poesía Ecos de mi selva.
A su llegada a Tuxtla Gutiérrez, fue invitado por la Escuela Secundaria Técnica de Altamirano para ir a presenciar la declamación de un poema de su autoría por un alumno en un concurso regional donde el participante fue declarado como el mejor.
Es vicepresidente de la Asociación Cultural Doctor Rodulfo Figueroa, a la cual ingresa gracias a la invitación que le hace la periodista y poeta América Pérez Villatoro. En el 2006 edita su segundo libro de poesía, titulado Jardín de versos infantiles, con una contraportada en la que escribe Enoch Cancino Casahonda.
Es hijo predilecto de Altamirano, Chiapas, nombramiento que recibió luego de un homenaje realizado por el Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas, en coordinación con las autoridades municipales de aquel municipio.
Su álbum debut lleva el nombre de Charro por tradición y fue lanzado en el año 2012. Contiene temas como “Águila real”, “Eres malo”, “Blanca Margarita”, “El altamiralense”, “En el más allá” y, el que da nombre al disco, “Charro por tradición”, entre otros.
El compositor oriundo de Altamirano afirma que hacer poemas y canciones es su felicidad, y su principal aliciente es que su trabajo sea admirado por las personas. Cuenta que desde muy pequeño le gustaba este oficio. Comenzó creando versos y posteriormente los fue musicalizando.
La inspiración le llega de momento; relata que su primer poema nació cuando le tocaba hacer honores a la bandera, en el sexto año de primaria, y lo declamó pero fue interrumpido por un maestro al que no le gustó la idea de que hablara de algo que no tenía que ver con honrar al lábaro patrio.
Su primera canción se llamó “Licencia” y está incluida en su primera producción musical. Sus creaciones las alargaba más para que no se pudieran llevar a la música, hasta que un tío que tocaba la guitarra le dio la idea de musicalizar sus versos.
“Me gusta escribir para el género ranchero y bolero. Yo soy bolerista cien por ciento”, afirma el creador musical, quien no interpreta sus obras ni tiene influencias de otros artistas.
Platica el autor que por el momento no piensa en publicar otro disco, pues tiene que vender las piezas que aún le quedan de su anterior producción, pues cuesta mucho dinero hacer un nuevo disco, alrededor de 20 mil pesos.
Agrega que estar en la Asociación de Autores y Compositores le ha servido para conocer personas que tienen las mismas metas que él, y comenta que se están hechando la mano para tratar de salir adelante en este mundo de la composición.