Jerry Jon Martin, un excriminal que está a punto de morir, confesó ser el responsable del robo de las zapatillas de rubí que la la actriz Judy Garland usó en la película El mago de Oz. Contó que, en 2005, usó un martillo para romper el cristal que los resguardaba en el Museo Judy Garland y, aunque los zapatos fueron rescatados en 2018, no se supo quién había sido el autor, sino a finales del año pasado, sin embargo, Martin no será encarcelado, debido a su delicado estado de salud.
En 1939, Victor Fleming llevó al cine pantalla la historia de Noel Langley y L. Frank Baum, en la que Judy Garland dio vida a Dorothy, una joven que es arrastrada por un tornado desde su natal Kansas hasta una tierra de fantasías, sin imaginarse que, 66 años más tarde, parte del vestuario que se usó el en rodaje sería robado.
Aunque en su momento, la noticia del robo de las zapatillas de rubí causó gran revuelo, las autoridades de Minnesota, EU, estado donde se encuentra el Museo Judy Garland, no pudieron dar con el responsable y no se supo de él sino hasta 18 años más tarde, cuando el autor del crimen reconoció su culpabilidad, debido a una grave enfermedad que, además de mantenerlo con la asistencia de un respirador las 24 horas, acabará con su vida en menos de seis meses, de acuerdo con lo que sus médicos reportan.
Así lo ha dado a conocer el abogado de Martin, Dane Dekrey, que en la actualidad tiene 76 años, y un trastorno pulmonar obstructivo, el cual le hizo reflexionar sobre los errores que cometió durante su juventud. El excriminal tenía 57 años cuando sustrajo las zapatillas y ese era el primer robo que llevaba a cabo en una década, luego de que dejara la prisión en 1996. Pero un excolega le habló de un robo prometedor; se trataba de sustraer las zapatillas de rubí de la película El mago de Oz del museo donde estaban resguardadas.
En un inicio, la propuesta no fue tentadora para Jerry Jon, que tenía un verdadero deseo de dejar la vida criminal en el pasado, sin embargo, cuando le hicieron saber el valor de las zapatillas, se planteó la posibilitad de participar, pues estaban protegidas por un millón de dólares, mientras que su valor era de 3 millones y medio de dólares.
Para su sorpresa, las zapatillas no estaban elaboradas con piedras de rubí verdaderas, sino con lentejuelas brillantes, por lo que no tardó más que dos días en deshacerse de ellas. Fue hasta el año 2017, que un hombre se comunicó con el FBI, pidiendo 200 mil dólares, para darles información del paradero de las zapatillas, que fueron rescatadas.