“Mi música ha cambiado a través de las piezas. Se trata de una confrontación con el escucha para descubrir mundos sonoros abstractos que yo diseño con la computadora. Espero que haya una especie de intercambio, que el público pueda hacer su parte y ponerle atención a una música contemporánea que no puede suceder, que no puede funcionar si no nos acercamos a ella poniendo atención”, afirma el compositor Rodrigo Sigal, quien recibirá la Medalla Bellas Artes 2024, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, por la implementación de nuevas tecnologías en la creación de música electroacústica y atmósferas sonoras.
Mi música requiere de la atención completa del escucha durante unos minutos, dice Sigal. “Detener al mono interior y darle la oportunidad al público de que sucedan cosas que no se esperan. A la hora de escuchar, uno tiene expectativas y a mí, básicamente, me gusta tratar de romper eso. Me interesa el presente en la experiencia del acto musical. Trato de hacer una música que, si el público le da una oportunidad tenga un efecto en él. El objetivo, para mí, es conmover y para eso el público tiene que hacer su parte, que va más allá de estar presente como espectador”, señala el compositor nacido en Ciudad de México en 1971 y asentado en Morelia, Michoacán, donde fundó el Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras (CMMAS).
Su interés, cuando logra esta conexión con el público, es que su música sea interesante y novedosa; que confronte al oyente con ideas y le haga experimentar el concierto. Lo que compone, explica, es raro porque está cargado en la tecnología y no funciona en grabación ni en video. Solo funciona en concierto y muchas veces, en dichos conciertos, no hay nadie en el escenario. Entonces, la experiencia del público puede ser la de un extrañamiento o algo contraproducente.
Hace unos meses, Rodrigo Sigal publicó Silo, su disco más reciente, bajo el sello de Urtext, “que está muy comprometido con la música contemporánea mexicana”; mientras que, en el Festival Internacional de Música y Nuevas Tecnologías, Visiones Sonoras, del que es fundador y director, estrenará “Prey and obey”, pieza que le comisionó un coro de Estonia. “Tiene muchas voces y computadoras. Hay una experiencia escénica importante. Eventualmente se grabará, estoy trabajando para el próximo año grabar las piezas de mi estancia en Estados Unidos con la beca de la Fundación Fulbright”, afirma Sigal.