Hace una semana su nombre fue pasado de largo por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. Simplemente no figuró en las nominaciones al Ariel, máximo galardón del cine mexicano, porque los votos no alcanzaron para ello.
Pero el miércoles todo cambió. Luego de protestas de algunos sectores por ver algunas categorías con solo tres o cuatro participantes, en lugar de los cinco tradicionales, la AMACC (por sus siglas) repensó las cosas y decidió incluir a aquellos que desde su punto de vista habían quedado lejos de los primeros lugares.
Así fue como Rooney Mara, la actriz estadounidense que ha estado nominada en dos ocasiones al Óscar (Carol y La chica del dragón tatuado), llegó a la lista final gracias a su trabajo en el drama La cocina, de Alonso Ruizpalacios.
En el filme donde comparte créditos con Raúl Briones (Club de Cuervos) y que ahora se encuentra disponible en el streaming de Max, es la novia del personaje masculino, un indocumentado mexicano en Nueva York y aparte está embarazada.
Rooney se encuentra en la misma quinteta que la experimentada Luisa Huertas (No nos moverán), Adriana Paz (Arillo de hombre muerto), Fiona Palomo (Un actor malo) y Naian González Norvind (Corina).
No es la primera vez que una actriz extranjera busca el galardón mexicano. El caso más reciente se dio en 2007, cuando lo ganó la española Maribel Verdú por su labor en El laberinto del fauno, quien empató con la mexicana Elizabeth Cervantes de Más que a nada en el mundo.
Un mail la convenció
Rooney es hermana de la actriz Kate Mara. Tiene 40 años. Su entrada a La cocina fue cuando le llegó a su correo electrónico un mensaje del cineasta mexicano Alonso Ruizpalacios, quien le ofrecía un personaje para su nueva película. El mensaje venía junto con los largometrajes que había dirigido Ruizpalacios.
“Ella escoge sus proyectos y sabe que este lo haría por pasión, no por dinero. Pensé en ella cuando estaba escribiendo y conseguí su correo. El personaje tenía que ser norteamericano porque la película habla de la relación entre México y EU”, recordó en su momento el realizador.
La cinta se rodó en un foro de la Ciudad de México en secreto. Y no porque Rooney lo hubiese pedido, sino porque su propia personalidad siempre le ha pedido estar lejos de multitudes y la fama. Poco después trabajó con el tapatío Guillermo del Toro en “El callejón de las almas perdidas”, sumándose a su filmografía en la cual figuran cintas como La red social y Pan: viaje a Nunca Jamás.