“Belleza de cantina” es una de las canciones más populares de la música grupera en México. Pero, ¿sabías que la compositora detrás de este éxito de los Cardenales de Nuevo León es una mujer? Se trata de Flor Yvone Quezada, talentosa mujer que creó este tema en una noche inspirada en un baile en Monterrey hace algunos años.
En una entrevista, Flor confesó que corrió al baño del baile para escribir la letra de la que posteriormente se convertiría en un éxito en toda Latinoamérica: “Era mi primer baile porque pese a ser de Monterrey yo no crecí con la música grupera. Todo era nuevo para mi, y el Señor Chayo de Los Cardenales comenzó a cantar, y le pedí al mesero una pluma, y corrí al baño a tomar papel para escribir una letra”.
Además de ser una compositora exitosa en el mundo de la música regional mexicana, Quezada también es una artista versátil que estudió en la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey (ESMDM), tocando el piano desde los 12 años y tiene una licenciatura en Ciencias de la Comunicación y una maestría en Periodismo. Ha escrito tres libros de poesía y ha trabajado en el teatro, demostrando que es un talento verdaderamente multifacético.
Con su letra conmovedora y dulce, “Belleza de cantina” se ha convertido no solo en un éxito de la música regional mexicana, sino en un clásico contemporáneo y en un ejemplo del encanto duradero de la música y la poesía.
Significado
Esta pieza musical, que se enmarca dentro del rico género de la música norteña y regional mexicana, ofrece una visión matizada sobre cómo las relaciones pasadas pueden influir en nuestra vida presente. La letra de la canción narra la conversación entre un hombre y su actual pareja, a quien le confiesa que se encontrará con una antigua amante. A diferencia de lo que sugiere la simple apariencia del encuentro, el protagonista deja claro que su intención no es reavivar viejos sentimientos, sino más bien concluir de manera definitiva ese capítulo de su vida.
Esta revelación subraya el tema central: la necesidad de cerrar ciclos para poder avanzar. El protagonista reconoce la belleza y el encanto que aún posee su expareja, pero hace hincapié en que estas cualidades son solo superficiales. Utilizando la metáfora de una «belleza de cantina”, la canción propone que, aunque la ex amante puede ser atractiva en un sentido físico, su verdadero valor es cuestionable.