Con la imagen de decenas de jóvenes que se arremolinaban en una carpa para intentar conseguir títulos de la colección 25 para el 25 que los trabajadores del Fondo de Cultura Económica entregaban o, incluso, lanzaban, y en medio una lluvia intensa que apresuró el evento encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, así terminó la primera entrega en el Zócalo de la Ciudad de México de una colección que ha costado 25 millones de pesos.
Aunque varios de los estudiantes llegaron a las tres de la tarde, tal y como los citaron desde sus escuelas a cambio de calificaciones, no alcanzaron ni un libro y se manifestaron molestos. Quienes sí recibieron un paquete de cerca de 20 de los 27 títulos de la colección fueron los coordinadores de salas y clubes de lectura que lograron entrar a la Plaza de la Constitución que fue cercada por vallas y en buena parte cubierta por sillas.
“Que viva la lectura, que vivan los jóvenes y que viva México”, dijo la presidenta Claudia Sheinbaum al concluir su discurso y mantenerse de pie escuchado el Himno Nacional Mexicano en medio de la lluvia que comenzó a vaciar, primero poco a poco y luego a toda prisa, el Zócalo.
Se fueron conlas manos vacías
Los beneficiarios de los programas Jóvenes construyendo el futuro, no esperaron a recibir sus libros. Estudiantes de otros programas como Becas Benito Juárez y becas al transporte, sí se llevaron sus paquetes, pero buscaron protegerse del aguacero.
La mandataria mexicana agradeció a Taibo II por seguir al frente del FCE, haber creado la Brigada para leer en libertad y emprender este proyecto 25 para el 25.
Esta iniciativa “democratiza la Cultura, rompe los muros de la desigualdad”, dijo Clara Brugada, jefa de gobierno de la Ciudad de México, quien aseguró que hace muchos años la Brigada para leer en libertad comenzó a transformar la vida en este país. “Este evento es un homenaje a la Brigada para leer en libertad”, indicó.
Taibo II, director general del FCE, expresó que el proceso de este proyecto fue largo, dos años y medio, y complicado por las negociaciones con gobiernos e instituciones, la calificó como una colección extraña porque son 27 en lugar de 25, pero es resultado de un “pacto múltiple internacional” en el que participan tres editoriales, una venezolana, una argentina y una colombiana.
Inconformidad
La imagen de jóvenes queriendo conseguir títulos de la colección 25 para el 25, mojados por la lluvia, venidos de todas las alcaldías, se fueron con las manos vacías o con solo dos ejemplares es la estampa con la que terminó la tan anunciada primera entrega.
El evento comenzó mal, tarde y con lluvia. Eran las 4:15, ya en medio de la rechifla por el retraso de 15 minutos. La lluvia comenzó y llevó a muchos chicos a abandonar su silla antes de que salieran los funcionarios de Palacio Nacional. Pero ya ante la gente, los discursos se volvieron homenaje a Taibo II y a la Brigada para Leer en libertad.
Al parecer los organizadores temieron no llenar la plancha del Zócalo porque pidieron, incluso obligaron a ir, mediante calificación o entrega de beca, a los beneficiarios de programas como Jóvenes Construyendo el Futuro, becas para Universitarios Benito Juárez o de alimentos y transporte, pero al final se vieron rebasados.
Centenares de estudiantes se mantuvieron en filas para conseguir los libros prometidos. “¿No que para todos los jóvenes?”, gritaba mojado un chico que cuestionó el haber sido usado. “Nada más nos quieren para la pinche foto de cuando estábamos todos concentrados”.
Cuestionan participaciónfemenina
Solo el 23.1% de las personas cuyas obras fueron publicadas por el Fondo de Cultura Económica (FCE) en lo que va de la gestión de Paco Ignacio Taibo II son mujeres, según información obtenida por El Universal a través de una solicitud de transparencia.
De acuerdo con la respuesta a este diario, firmada por Heriberto Eduardo Sánchez Cortés, subgerente de Gestión Editorial, entre el 1 de enero de 2019 y el 31 de octubre de este año, el FCE publicó obras de mil 83 autores: 251 son mujeres, 782 hombres y 50 casos corresponden a instituciones académicas o firmas sin identificar.
Entre los autores más publicados por la editorial en ese periodo están: el inglés George Douglas Howard Cole, con los siete tomos de su serie Historia del pensamiento socialista. Le sigue el filósofo, sociólogo y antropólogo Armando Bartra, con 6 títulos como Los nuevos herederos de Zapata. Un siglo en la resistencia 1918-2018 y Exceso de muerte. De la peste de Atenas a la covid-19.
La escritora Rosario Castellanos también tiene seis títulos publicados por el FCE en la gestión de Taibo II, en el catálogo hay obras como Los convidados de agosto, Balún Canán y Cartas encontradas (1966-1974), que es la correspondencia de la autora con Raúl Ortiz y Ortiz. Otros autores que destacan por el número de obras publicadas en los últimos seis años son Clarice Lispector, Fernando Benítez, Anthony Browne, Francisco Hinojosa y Oliver Jeffers.
El pasado miércoles, el mismo diario dio a conocer que en el equipo editorial encargado de la toma de decisiones dentro del FCE predominan los hombres. De las diez gerencias, siete están encabezadas por hombres. La tendencia se repite en las subgerencias: 19 de las 26 están bajo la dirección de varones.
El director general del FCE ha sido objeto de reclamos por desestimar las críticas que señalan la poca presencia de mujeres en las colecciones publicadas por la institución. Ese mismo día, al ser interrogado sobre la colección 25 para el 25, que incluye solo a siete mujeres entre 27 seleccionados, el director del FCE justificó la decisión al señalar que la generación del “boom” latinoamericano era “mayoritariamente masculina”.
“Su discurso cae en lo más arcaico que se pueda escuchar de escritores y editores machos que dicen que la escritura de mujeres es una moda”, señala en entrevista la escritora y docente Angélica Ahuatzin.
La autora advierte que catálogos con baja participación femenina, como los del Fondo de Cultura Económica, no resultan idóneos para conectar con las generaciones más jóvenes: “Yo lo veo como a alguien que le toca formar a nuevos lectores. Una alumna joven no se sentirá cercana a una historia que escribió un señor hace 40 años”.
Para la escritora Dahlia de la Cerda, el director del FCE no ha sabido leer los cambios en la industria editorial ni el auge de las mujeres en la literatura.












