En esta producción se narran las experiencias de H. Harrer en el Tíbet entre 1944 (Segunda Guerra Mundial) y 1950 (entrada del Ejército de Liberación Popular de China). Fue dirigida por Jean-Jacques Annaud y contó con las actuaciones de Brad Pitt y David Thewlis.
La música fue compuesta por John Williams y producida por Mandalay Entertainment Productions. Aunque ambientada en el Tíbet, muchas de sus escenas fueron filmadas en Mendoza, Argentina, entre otros lugares.
Argumento
Heinrich Harrer es un famoso escalador austriaco que participa junto con un equipo de alpinistas liderados por Peter Ausehnaiter en la conquista de la cima del monte Nanga Parbat en nombre de la Alemania nazi. Tras descender del monte sin haber cumplido la misión, estalla la Segunda Guerra Mundial. En el descenso, la totalidad del equipo es capturado por soldados ingleses presentes en territorio indio y sus integrantes llevados a un campo de prisioneros.
Harrer intenta escapar en diversas ocasiones hasta que lo consigue con la ayuda de un ingenioso plan con algunos de sus compañeros, entre ellos Peter Ausehnaiter. Al escapar, Harrier decide dirigirse solo en dirección hacia el Tíbet. Harrer es definido como un hombre egoísta y lleno de orgullo, pero a lo largo de la película escribe cartas a su hijo que nace mientras él se encuentra en cautiverio. Este egoísmo le lleva por caminos duros que van modificando poco a poco su forma de ver y apreciar el mundo, pues incluso ha de robar comida para subsistir viviendo en la más absoluta miseria.
Finalmente consiguen internarse en el Tíbet, llegando a Lhasa y obteniendo un permiso para vivir allí. Eran una excepción debido a que en el Tíbet no se permitía la entrada a extranjeros. Harrer continúa escribiendo a su hijo, ya se ha divorciado de su mujer y esta ha iniciado una relación con un amigo de la pareja. Peter por su parte se ha casado con una modista que en un principio interesó a los dos amigos. Ambos han conseguido cierta estabilidad en sus vidas, pero la de Harrer da un giro inesperado cuando el Dalai Lama, un niño considerado líder espiritual del Tíbet, se interesa por conocerlo. Harrer se convierte en el mejor amigo del Dalai Lama, quien desea sacar todos los conocimientos que le pueda aportar el alpinista austriaco.
China, en su lucha por la expansión, exige al Tíbet que se considere territorio chino, pero los dirigentes de este pequeño país aislado del mundo se niegan rotundamente. Comienza una guerra que pierden los tibetanos debido a que no eran hombres de guerra sino hombres que habían nacido para y por la paz, pero esto poco importa a los dirigentes chinos. Harrer se siente avergonzado de ver con claridad aquellos ideales que un día defendió.
El Dalai Lama es declarado con poder absoluto sobre el Tíbet por el pueblo, y Harrer sabe del peligro que esto supone para su pequeño y joven amigo. Por eso decide huir con él, pero el Dalai Lama le aconseja que se preocupe por su verdadero hijo, que busque la paz en él y que vuelva a Austria. Harrer sigue estos consejos y vuelve a Austria para convertirse en el padre de su hijo y tratar de colocar en un futuro la bandera del Tíbet en el Everest.