Como superhéroe, Spider-Man lo tiene todo: poderes con los que muchos soñaríamos, un gran sentido del humor que no olvida ni en sus peores batallas y hasta un traje envidiable. Pero ni él ni su álter ego Peter Parker logran hacer que el mundo les dé el reconocimiento que merecen.
Sin embargo, ese joven nerd, con problemas financieros y amorosos, es el mismo que ha salvado Nueva York decenas de veces y se ha convertido en un sinónimo de éxito en taquilla, sea cual sea el rostro que se le ponga.
El protagonista de diez películas resuena fuertemente en las salas de cine. Con su última entrega Spider-Man: across the Spider-Verse, que tiene al primer hombre araña de piel oscura (Miles Morales) acaba de volver al trono en Norteamérica en las ventas de boletos casi un mes después de su estreno (el 1 de junio de 2023) y derrotó a Transformers y The Flash, alcanzando 560 millones de dólares de recaudación mundial.
En México, la cinta lleva acumulados 6 millones de asistentes después de tres semanas de su estreno, según el reporte de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine). En la taquilla mundial México es el segundo mercado que más le ha generado a Morales y su universo, con 11 millones de dólares, solo detrás de Reino Unido, con más de 26 millones.
“El éxito se debe a una verdadera paradoja”, considera el crítico de cine José Felipe Coria. “En mundo saturado de superhéroes y multiversos, que ha llevado al —relativo— fracaso a Flash, por ejemplo, el híper visualismo del universo múltiple de Spider-Man se debe a que es un héroe demasiado contemporáneo y que es presentado con un dibujo extraordinario que por vez primera pasa al cine con éxito: ni realista al viejo estilo Disney, ni en 3D al estilo Pixar, sino algo que está en los cómics desde hace años y que cumple con lo que Guillermo del Toro pidió: mantener a la animación en la conversación”, añade.