Superman

Superman

Superman, el personaje creado por Jerry Siegel y Joe Shuster, es uno de nuestros mitos modernos más importantes y poderosos. Como Moisés, Kal-El es enviado por sus padres a lo largo de un río cósmico, cuando su planeta Krypton está por morir, y, por lo general, es un símbolo de idealismo, optimismo y esperanza.

En esta ocasión, hay mucho en juego, ya que del éxito Superman depende el futuro de DC Studios y, en cierta medida, el de Warner Bros. Esta nueva entrega es escrita y dirigida por James Gunn, y si alguien me hubiera dicho hace más de una década que el director de Slither y Super no solo sería la cabeza de DC Studios, sino que estaría a cargo de la nueva cinta de Superman, lo hubiera encontrado difícil de creer.

Por desgracia, no inicia con el pie derecho, con una gran dosis de exposición entregada por medio de texto en pantalla que parece más parte de la pitch meeting que del proceso natural de la historia. Afortunadamente, durante el transcurso de la película, esta se desarrolla de una forma que logra superar su arranque turbulento.

Héroes y villanos

La trama es, en cierta medida, a prueba de spoilers. Lex Luthor tiene un plan malvado y Superman debe detenerlo. Esta descripción es simplista (y, en cierta medida reductiva), pero sirve para ejemplificar como esta nueva película es un regreso al status quo.

A diferencia de El Hombre de Acero, aquí no se busca deconstruir a Superman sino explorarlo, este enfoque lo encuentro refrescante y acertado, porque Superman no está avergonzada de sus orígenes de cómic: la paleta de colores es brillante, los villanos tienen guaridas no tan secretas —que pueden transformarse en vehículos de ser necesario— los trajes son coloridos, las invasiones de criaturas extradimensionales parecen ser cosa del día a día: Guy Gardner tiene su ridículo corte de cabello, Mr. Terrific tiene una T a lo largo del rostro, Hawkgirl grita como un halcón cada vez que ataca, hay un salón de la justicia, literalmente llamado “Salón de la Justicia” con letras enormes en su fachada; es decir, es un mundo poblado por superhéroes, y es un mundo que está acostumbrado a eso, dando como resultado que Superman se sienta como un cómic traído a la pantalla grande.

Si Dios fuera uno de nosotros

El mejor aspecto de Superman es el guión de James Gunn (aunque al inicio alude a una complejidad moral que, por desgracia, está ausente del resto de la película), especialmente su tratamiento del último hijo de Krypton, hay un verdadero entendimiento de Superman como un personaje, muchos guionistas han tratado y fracaso en adaptar a un personaje que parece no tener mucho sentido en un mundo posmoderno, desde un punto de vista narrativo, es un personaje que es difícil de escribir, ya que es prácticamente invulnerable a todo, y es demasiado bueno, por lo que Hollywood siempre ha encontrado dificultad para: crear conflicto y hacerlo empático; por lo que siempre terminan recurriendo a la kriptonita o a un personaje que es físicamente más fuerte para generar tensión.

Pero este acercamiento, como Gunn bien detecta, es reductivo. El conflicto de Superman no es que sea físicamente invulnerable, sino que se trata de alguien con el poder de un dios que decide hacer el bien, y esa es una decisión que toma cada día. Así, Gunn parece estar cerca de descubrir la fórmula perfecta (por lo menos en cuanto a adaptaciones cinematográficas del Hombre de Acero se refiere), su Superman sangra y comete errores, pero al final del día en realidad está preocupado por hacer el bien; más aún, es un superhéroe para el cual la vida tiene valor, toda la vida, es decir, su empatía no está limitada solo a los seres humanos, sino a todos los seres vivos, sin importar cuan monstruosa sea su apariencia exterior.

Otro aspecto que Gunn logra manejar bien es la diferencia entre el símbolo y el humano detrás del símbolo, frecuentemente retrata a Superman en situaciones ordinarias, como en su cuarto de la infancia, acostado en su cama, portando su traje de superhéroe; esta es una idea inspirada, la yuxtaposición del símbolo del arquetipo del superhéroe durmiendo en un cuarto ordinario es un visual extremadamente poderoso. Y por último está Krypto, el superperro, un verdadero toque de genialidad que añade una dosis de caos necesario, para lo que es una historia bastante ordinaria del Hombre de Acero.

Vale la pena destacar que, a pesar de la inmensa presión que debió de haber sobre los hombros de James Gunn, Superman se siente tan personal como el resto de sus proyectos. La cámara se mueve con personalidad, con movimientos dinámicos e inesperados; la trama y personajes contienen muchas de sus idiosincracias, como el amor por seres imperfectos o de apariencia monstruosa, secuencias de acción con needledrops fenomenales, y una dinámica de grupo que funciona (en esta ocasión, la dinámica de grupo pertenece al equipo del Daily Planet). Aunque, por desgracia, en ocasiones la película se ve plana, el resultado de una falta de texturas en pantalla y una pobre gradación de color.

Actuaciones

En cuanto a David Corenswet como Superman, su actuación es buena y el personaje está bien escrito. Afortunadamente, el resto del elenco es fenomenal, Rachel Brosnahan es un gran trabajo como Lois Lane, una mujer que en realidad no necesita que la salven, que tiene una calma sobrenatural ante las noticias de última hora y que sabe, al contrario que la mayoría de las reporteras del cine, cómo interrogar a una fuente independientemente de sus sentimientos personales sobre la historia. Así que, después de todo, puede que este Superman esté ambientado en el mundo real. También sobresale la interpretación de Nathan Fillion como Guy Gardner, el Linterna Verde más ojete de la Galaxia. Por su parte, Neva Howell y Pruitt Taylor Vince hacen un buen trabajo como esta nueva encarnación de Ma y Pa Kent respectivamente.

Se agradece que Gunn haya decidido elegir a actores que pasan como personas comunes y corrientes; no es que tenga algo en contra de las previas encarnaciones de Ma y Pa Kent, pero es algo que se siente refrescante y genuino, ayuda en realidad a mantener al personaje de Superman en la Tierra. Nicholas Hoult como Lex Luthor es “grande”, en el sentido de que es de un tono muy elevado, pero Hoult siempre lo hace de forma creíble, su Luthor parece estar siempre un paso adelante, con planes dentro de planes, y estrategias para todo, pero también es mezquino, abusivo e innegablemente malo.

Hay mucho que apreciar, como un claro amor, no solo por Superman, sino por los cómics en general; así como una genuina intención artística. Lo que da muchísima esperanza para el resto de películas que vaya a entregar DC Studios en el futuro. En otras palabras, Superman es un gran cimiento para construir un universo cinematográfico, basado en el entendimiento del material fuente, donde no se tiene vergüenza de los aspectos menos serios de los cómics, pero donde los cineastas tengan suficiente libertad creativa para incluir su propia voz.