El caos se desató en Plaza Toreo Central cuando cientos de fans del simbionte más famoso de Marvel, Venom, se reunieron para un evento exclusivo con la esperanza de ver a Tom Hardy, el actor que ha dado vida al antihéroe en la gran pantalla durante los últimos seis años y que vuelve con Venom: el último baile.
Entre playeras de superhéroes, brazos adornados con simbiontes de plástico y plumones listos para los autógrafos, los seguidores hicieron lo posible por pegarse a las vallas que rodeaban la alfombra negra, que cubría el tercer piso del centro comercial, esperando con ansias la llegada del actor británico.
El lugar estaba cuidadosamente ambientado para la ocasión, con escenografía que simulaba edificios de Las Vegas infestados por Venom, mientras el icónico letrero de la ciudad ahora proclamaba “Las Venom”. Sin embargo, conforme avanzaban las horas, la euforia inicial comenzó a transformarse en impaciencia.
Aunque el evento estaba programado para dar inicio a las 7:00 de la noche, los asistentes se vieron obligados a esperar hasta después de las 8:00 para el inicio oficial. Los gritos de “¡ya saquen al Hardy!” resonaban, acompañados de silbidos de frustración. Finalmente, a las 8:20 pm, Tom Hardy y la directora Kelly Marcel aparecieron en el recinto, seguidos por el actor mexicano Cristo Fernández, conocido por su participación en Ted Lasso.
Tuvieron que esperar otros 40 minutos para que bajaran a donde se llevaba a cabo el evento, pues se quedaron firmando autógrafos y tomándose fotos. Los gritos de los fans inundaron el lugar cuando la dupla británica hizo su recorrido por la alfombra, saludando, firmando pósters y cualquier cosa que los seguidores les ofrecieran, desde Funkos hasta hojas de papel. A pesar de la demora, Hardy, con su carisma habitual, se disculpó por el retraso debido al tráfico y prometió quedarse a firmar tantos autógrafos como fuera posible, lo que alivió el ánimo del público.
El actor británico, que estuvo presente en la sala, agradeció repetidamente el cariño del público mexicano y declaró que esta había sido una de las mejores recepciones que había experimentado en su carrera. La Ciudad de México se pintó con la oscuridad característica de Venom, y no importó que el reloj marcaba casi las 11 de la noche cuando Hardy seguía estampando su firma y tomándose fotos con los fans, que cantaban “Cielito lindo” para llamar su atención y gritaban “Tom, hermano, ya eres mexicano”.