De acuerdo con el maestro Sergio Nicolás Cruz, Chiapas era una de las provincias menos atractivas para los españoles, debido a que lo que se producía aquí se producía también en otras partes. “Como ejemplo tenemos la grana de cochinilla, pero su centro comercial más importante estaba en Oaxaca; o el añil, que también buscó impulsarse, pero su centro de producción más importante estaba en la intendencia de San Salvador”, explicó.
“Digamos que Chiapas fue una provincia que no tenía grandes ofertas hacia el exterior”, expuso Cruz durante su participación en la conferencia magistral “Las familias chiapanecas”, que fue una de las múltiples actividades de la Feria Internacional del Libro Unicach-2018.
El maestro, quien ha centrado sus trabajos de investigación en el tema “Familias, élites y poder en Chiapas y Centroamérica”, dijo que el siglo XVIII se caracteriza por ser una época de mucha migración, lo que dio lugar a que algunas familias establecieran su residencia en lo que ahora se conoce como Chiapas.
Afirma que entre los factores que ayudaron a esa migración estuvo el “mayorazgo”, el cual consiste en que el hijo mayor hereda todos los bienes del padre, mientras que los hermanos más pequeños tienen que vivir a la sombra o emigrar a otros lugares para independizarse, lo que da lugar a que se dé el proceso conocido como “hacer las Américas”.
Otro de los puntos que ayudaron a esta migración fue el “boom” poblacional en la península ibérica, así como la invitación por parte de españoles ya establecidos, que buscaban atraer a sus parientes para que los ayudaran en algunas tareas.
Dijo que estas personas llegan en el siglo VXIII y terminan integrándose a la vida en Chiapas, encontrando la manera de sobrevivir y de afianzar una fortuna que les ha permitido hasta hoy seguir siendo pudientes y con un importante lugar en el desarrollo de la política del estado.
Durante su plática el maestro citó apellidos como Gutiérrez, Mayorical —que luego se convirtió en Cal y Mayor, los Espinosa—, Corzo, Olachea y Pedrero, entre otros que son muy conocidos hoy en día.
También mencionó que estos apellidos han ido ganando lugar gracias a la discriminación que hay en contra de los apellidos de la región, pero que pese a eso hay algunos que continúan prevaleciendo.
“La discriminación ha sido muy fuerte; hay apellidos que han ido desapareciendo, pero otros se conservan, como Consospó, Cunjamá, Chamé, etcétera. El problema es que otros han desparecido porque la presión social siempre ha tendido a discriminar los nombres indígenas, y llega a ser tanto que la familia opta por dejar de usar esos apellidos”, refirió.
“Uno de los casos más notables que hay de esa desaparición es el de Pedro Noti, quien fue cacique de Chiapa de Corzo y fundador de la Cofradía de los Dos Apóstoles, pero su apellido se pierde y en su lugar vemos el apellido Fonseca, que viene de Juana de Fonseca, una mujer que tiene descendencia con Espinosa de Veracruz, que es uno de los primeros en llegar a la provincia, allá por 1730, y ella es descendente de Pedro Noti, pero ahora la conocemos con el apellido Fonseca”, finalizó.












