Mientras Felipe Gálvez leía un artículo sobre la matanza en la provincia de Tierra del Fuego, Chile, se percató de que los colonizadores se tomaban fotos posando junto a los cuerpos de los habitantes indígenas del pueblo selknam. Esto, además de consternarlo, lo impulsó para hablar al respecto en su primera película como director: Los colonos.

“Decidí contarlo desde el punto de vista de los que ejercen la violencia y qué pasa antes de llegar a una matanza, pero también traté de que hubiera muchas reflexiones, de que no fuera solo la responsabilidad de quienes salían a cometer estos crímenes, sino también qué pasa con quienes los pensaron y con quienes decidieron ocultarlo. Es una película que además no tiene héroe, lo cual es muy difícil en un ‘western’”, cuenta.