Una habitación propia

El título del ensayo proviene de la idea de Woolf de que “una mujer debe tener dinero y una habitación propia para poder escribir novelas”. Woolf observa que las mujeres han sido apartadas de la escritura debido a su pobreza relativa, y que la libertad económica traerá a las mujeres la libertad para escribir. “Para empezar, tener una habitación propia... era algo impensable aun a principios del siglo diecinueve, a menos que los padres de la mujer fueran excepcionalmente ricos o muy nobles”, declara.

El título también se refiere a la necesidad de cualquier autor de tener licencia poética y la libertad personal para crear arte. El ensayo examina si las mujeres eran capaces de crear, y la libertad que tenían para producir un tipo de trabajo de la calidad de William Shakespeare, atendiendo a las limitaciones que las mujeres escritoras, pasadas y presentes, enfrentan.

El padre de Virginia, Leslie Stephen, siguiendo el pensamiento de su época, consideraba que solo había que enviar a la escuela a los chicos de la familia. Woolf difundió la idea de que, dado que su padre no creía necesario invertir en la educación de sus hijas, ella fue privada de la experiencia de escolarización formal. Aun así, recientemente se ha descubierto en el archivo del King’s College de Londres que Virginia y su hermana Vanessa asistieron al Departamento de Mujeres del King’s College, donde cursaron clases de griego y alemán durante unos años.

Con los temas tratados por Woolf en el ensayo, la autora está dirigiéndose a mujeres que tienen la oportunidad de aprender en un contexto formal y comunal. Insiste a su audiencia sobre la importancia de la educación y al mismo tiempo les advierte de la precariedad de su posición como mujeres en la sociedad.

Crítica

La famosa demanda de Woolf a favor de la hipotética figura de escritora, representada narrativamente por las Cuatro Marys, está articulada en el siguiente párrafo: “Démosle una habitación propia y quinientas libras al año, dejémosle decir lo que quiera y omitir la mitad de lo que ahora pone en su libro y el día menos pensado escribirá un libro mejor”.

La crisis de 1929 y su consiguiente ajuste del valor monetario hizo que 500 libras de entonces tuviesen un valor equivalente a 25 mil (unos 43 mil dólares) en la actualidad (2013) (tomando como punto de referencia la inflación del coste de bienes) o unas 75 mil libras (unos 130 mil dólares) —tomando como referencia la subida en los sueldos de la población trabajadora—.

Las fluctuaciones económicas producidas representaban valores muy bajos para la clase media alta, incluso más bajos que los que George Orwell describe en El camino a Wigan Pier (publicado en 1937, pero relevante en su descripción del ambiente de preguerra en este pasaje): “Pertenecer a esta clase ganando 400 libras al año era un asunto complicado, pues implicaba que la gentileza era casi puramente teórica”.