Una propuesta de moda interesante

¿Cómo nace tu interés por el diseño de modas?

Creo que sin darme cuenta estuve siempre involucrada en este mundo, incluso antes que a mí me interesara. Mi mamá fue maestra de corte y confección, mi papá tomó un curso de sastrería, y en los inicios de su matrimonio tuvieron un taller casero de confección de ropa. Mi papá lo dejó de practicar pero mi mamá se especializó más y siempre, desde que tengo uso de razón, ella me confeccionaba ropa o los trajes para los festivales.

Cuando fui creciendo hacía los dibujos de prendas que quería me hiciera y ella los hacía tal cual. Siempre quiso enseñarme y me negué a aprender. Muchos años después de analizar licenciaturas que no me satisfacían, encontré en Chiapas una escuela que ofrecía la licenciatura en Diseño de Modas y fue lo más afín a lo que yo quería hacer, siempre será una de las mejores decisiones que he tomado.

¿Cómo aprendiste?

Diseñar y lo que después sería mi estilo lo aprendí desde pequeña. Estudié la licenciatura en el Instituto Superior de Diseño de Modas Maniquie, en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez. En la universidad aprendí desde cero: cómo usar una máquina, dibujar, diseñar, corte y confección, teoría sobre la moda. Una carrera bastante completa.

¿Cómo defines tu estilo?

A lo largo de los años he ido puliendo mi estilo y aún me falta mucho más para llegar a lo que quiero expresar con él. Comencé haciendo cosas vanguardistas para poder expresar cierta fuerza en mis diseños. En este punto de mi carrera, lo describo como un estilo fuerte, elegante, sensual, como una proyección de lo que las mujeres deben usar mínimo una vez en su vida para salir de la cotidianidad.

Muchas veces se nos ha enseñado que debemos tenerle miedo a nuestra sensualidad, cuando es parte de nuestras emociones y nuestro individualismo. Me gusta que el resultado final se proyecte en mis clientas y que ellas con mis prendas se sientan libres, dueñas de sí.

La mayoría de las prendas que hago son en color negro, sin embargo, para mí no representa tristeza ni oscuridad, tampoco lo relaciono a lo dark, a lo gótico, como muchas veces se piensa. Creo que el color negro estéticamente es uno de los colores más absolutos, que para nada tiene una connotación negativa, al contrario, el poder que refleja en indumentaria y objetos es algo que me atrae demasiado al trabajarlo.

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

El proceso creativo que conlleva el diseño es una parte muy satisfactoria. Puedes hacer muchos diseños en un día o pasar semanas sin lograr aterrizar una idea; no es tan sencillo como se pudiera creer, pero del proceso de una prenda lo que más disfruto es confeccionar.

Al principio era de las diseñadoras que dicen “yo solo diseñaré, la costura no es para mí”. Ahora es lo que más disfruto, el ir ensamblado las piezas, ver cómo haces tangible una idea que vivía en tu mente, paso por paso, cuidando los acabados, cometiendo errores, corrigiéndolos. Es un proceso que me da muchísima satisfacción y es hasta relajante.

Otra de las cosas que me gustan mucho es que quienes la practicamos, no solo en el grado de licenciatura sino modistas, costureras, todos los que al final podemos tener los mismos resultados, sabemos que es una labor muy noble: cómo conviertes un metro o un retazo de tela en una prenda, crear un producto que lleva procesos, creatividad, materias primas, y no solo recibes la retribución económica sino la satisfacción del cliente cuando usa la prenda, con el objetivo que sea, desde el disfraz de un niño para su festival, el traje de graduación o lencería sexy a tu talla hasta el vestido de XV años o un vestido de novia.

¿Cómo te defines como persona?

Soy muy exigente conmigo, muy activa laboralmente, creativa, decidida, perseverante, poco disciplinada, muy paciente, tolerante, resiliente, todo el tiempo estoy generando ideas y actividades, en mi marca y en otros proyectos que acompañan mis roles para estar completa.

¿Qué consejos le darías a QUIEN quiera dedicarse al diseño de modas?

Lo mismo que con cualquier carrera: perseverar, no desistir. Pero no solo se trata de absorber lo que te dan en la escuela o el decir “ya estudié, ya tengo todos los conocimientos”; esta carrera tiene mucho que ver con la cultura general, la historia, la sociedad. No se trata nada más de replicar cosas que ya se han hecho, es indagar y proponer. Es, para mí, generar un estilo de diseño que cuando alguien lo vea pueda identificar tu toque. El diseñador tiene que sentirse reflejado en su trabajo. Es leer, es consumir imágenes, música, texturas, colores, épocas, y generar un nuevo resultado cada vez que hagas algo.

En la moda es muy probable que todo ya exista, que ya no haya mucho que inventar en cuanto a siluetas, cortes, métodos de confección, pero si puedes plasmar tu esencia y el cúmulo de todos tus conocimientos en cada prenda que realices, entonces tu prenda será diferente a todas. Y vincularse, pues no se trata solo de “yo estoy creando” y “yo contra el mundo”; tienes que saber cómo trabajar con las modelos, con los fotógrafos, stylists, maquilladores, medios de comunicación, y sobre todo, entender y proponer a tus clientes, aterrizar lo que ellos quieren con lo que tú sabes que los hará verse mejor. No se trata solo de aprender a costurar o dibujar, es cómo vas a vender tu producto, que es tu esencia básicamente.