Durante décadas, cada domingo en punto de las 11 de la mañana, por la señal de Radio UNAM, el escritor y periodista Tomás Mojarro ejerció la crítica política y social. En su mítico programa Domingo 6, el escritor mexicano e intelectual de izquierda, que fue conocido como “El Valedor”, hizo uso del humor, el sarcasmo y la sátira política para desmontar los dichos de políticos y funcionarios públicos, y para desmontar el poder y los desmanes de los poderosos.

“Mis valedores, esto es México” o “¡ay, Jerásimo!” son frases que han inmortalizado al escritor, periodista, conductor y productor de radio fallecido a los 89 años, en la Ciudad de México, luego de un periodo complicado de salud y de atravesar dificultades económicas que lo llevaron incluso a suspender sus clases y talleres de Literatura, Cine, Mitología, Lectura y Ciencia Política, pero también a solicitar donaciones para cubrir los gastos que le generó una cirugía a la que tuvo que someterse en 2021.

El periodista de oficio, que siempre estuvo comprometido con las causas sociales y que durante varias décadas transmitió, domingo a domingo, análisis y comentarios sobre los sucesos políticos, sociales y económicos más relevantes de México, desarrolló un estilo que él mismo definió como “Fabulillas”, en las que desarrollaba historias que concluían con una fábula o una moraleja.

Tomás Mojarro Medina, nacido en Jalpa, Zacatecas, el 21 de septiembre de 1932, hijo de Tula Medina y Juan Mojarro, y padre de Tomás, Mayahuel y Ariel Mojarro, creó personajes en los que se apoyaba para contar sus historias y fabular la realidad mexicana. Ahí nació “El Jerásimo”, que definía como primo del Revolucionario Institucional, y su propio personaje, “El Valedor”, un personaje que le ayudó a conectar con la gente y hacerlo sentir cercano.

Cuentan que se inspiró en La familia Burrón, de Gabriel Vargas, y en el entorno urbano que habitó casi durante toda su vida, pues aunque estudió en Guadalajara, pronto se trasladó a la Ciudad de México. Mojarro creó su propia galería de personajes que dieron forma a una serie de historietas llamadas El Valedor, que desarrolló entre 1988 y 1989, con la participación de caricaturistas como Rruizte, Feder (Roberto Castro), Miguel Ángel Robles y Po.

A partir de esos personajes que han quedado en la memoria de los miles de seguidores que lo escuchaban cada domingo entre las 11 y las 12 del día, Tomás Mojarro inmortalizó lemas que cerraban sus disertaciones, análisis y reflexiones sobre la triste realidad mexicana con su corrupción política y los entramados de los funcionarios públicos, la policía, los burócratas y el ciudadano común.