"Verónica Huesca * CP. Las fiestas de barrio, es una de las tradiciones que se han perdido en la ciudad capital, debido a la explosión demográfica del lugar.

""Las fiestas de los barrios tienen su origen en el siglo XIX cuando fueron candidatos a la presidencia Don Benito Juárez y Agustín Lerdo de Tejada, entonces durante la campana los partidos juaristas y lerdistas se peleaban"", cuenta el cronista de la ciudad Manuel de Jesús Martínez. Esta enemistad entre partidos también se vio reflejada en Tuxtla Gutiérrez, en los barrios de San Roque, Guadalupe, El Calvario, San Jacinto y Santo Domingo.

""Entonces para terminar con esa enemistad y unir los tuxtlecos, José María de la Cruz, -un reconocido pintor de la ciudad- implantó las fiestas de barrio"", agrega.

Primero se realizaban kermes para recaudar dinero para dicho evento, se organizaban las mesas directivas de hombres y mujeres, y posteriormente se realizaba la fiesta, iniciando con un baile de velación, el cual tenía lugar el 20 de octubre en el barrio de El Calvario, ""en la madrugada del día 20, el alcalde municipal realizaba un paseo tradicional, luego llegaba barrio tras barrio con faroles en mano, al tiempo que gritaban '?viva el barrio hermano!', recibiendo así la bienvenida por parte del presidente con su estandarte y la directiva, quienes los esperaban en la esquina de la iglesia de El Calvario, en el centro de la ciudad; y ya iniciaba la fiesta"", dice el cronista de 93 anos.

Cada barrio llevaba un regalo, dependiendo lo que a la Iglesia le hacía falta, ya sea una campana, candelabros, floreros, manteles, alfombras, o también podían aportar dinero en efectivo.

Con estas fiestas la enemistad entre partidos y barrios se terminó, logrando una mayor cohesión social, aunque claro, en aquel entonces Tuxtla Gutiérrez era una ciudad con alrededor de 12 mil habitantes; pero también se logró el inicio de una tradición, que duró hasta 1926, cuando entonces inició la guerra cristera. Y que posteriormente fue retomada en 1929, pero que con el paso del tiempo se ha ido perdiendo.

""Son algunas de nuestras tradiciones, con la que yo crecí y que los jóvenes deben conocer y preservar para conservar nuestra identidad cultural"", acotó Manuel Martínez.

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