Un viaje sonoro por la zona fronteriza entre México y Estados Unidos es la idea que plantea el performance Echoes from the Borderlands, de la escritora mexicana Valeria Luiselli, estrenado parcialmente en el Centro Cultural Paso del Norte, como parte de la Feria del Libro de la Frontera (Felif) 2023.
La pieza, que cuenta con la colaboración del compositor Leonardo Heiblum y del productor Ricardo Giraldo, es un recorrido que lleva cuatro años de trabajo e incluye voces humanas, testimonios, registros de archivo y ambientales, como el sonido de la lluvia, de piedras, animales, cuerpos de agua, que retratan los problemas de esa línea divisoria impuesta por gobiernos, entre migraciones y desplazamientos.
La intención es hacer un retrato sonoro de 24 horas sobre la frontera, inspirado en el tiempo que tomaría recorrerla en línea recta, a bordo de un automóvil. De momento llevan la mitad de la pieza, que inicia debajo del mar, en las playas de Tijuana, con sonidos de ballenas, y poco a poco se adentra en el territorio, pasa por las garitas de Tijuana, recorre Arizona, Nuevo México y llega a Ciudad Juárez, dice la autora de Los ingrávidos.
Sin embargo, aún le resta grabar el ruido de las maquiladoras, en Ciudad Juárez, y continuar en Texas, Nuevo León y Tamaulipas. “Quiero conseguir el archivo, que ha sido imposible hasta ahora, de un caso paradigmático de violencia obstétrica contra mujeres mexicanas y chicanas en los años 70, quienes fueron esterilizadas ilegalmente, ya que hay casets del juicio que perdieron las diez mujeres”, en el juicio Madrigal contra Mulligan.
¿Qué es la frontera para usted?, se le pregunta a Luiselli. “La línea fronteriza es un invento relativamente reciente, porque la frontera como la conocemos tiene poco más de cien años, ya que la intervención gringa fue en 1846. Aunque tenemos la sensación de que es una cosa inamovible, impenetrable e inabarcable”.
¿Los problemas de la frontera se han modificado en los últimos años? “La pieza trata de identificarlos y no imponer una narrativa de lo que nosotros pensamos. Llevamos cuatro años grabando (le faltan seis más) y hay un puñado de cosas que se repiten: el desplazamiento de comunidades indígenas, la violencia minera, la industrialización de la frontera, la emergencia de las maquilas y la devastación de los ecosistemas, que va unida a la de la vida de las personas”, concluye.