Con unos cuantos visitantes y el despliegue de decenas de policías estatales se levantó el telón de la edición 48 del Festival Internacional Cervantino (FIC) en un formato virtual que, para comerciantes y prestadores de servicios, representa lo mismo que nada.
“Este año el Cervantino valió madre”, comentó Emilio, promotor de transporte turístico.
En esta ocasión en los restaurantes de la ciudad predominaron las mesas vacías, los taxistas daban vueltas en busca de pasajeros, en los hoteles reportaron una ocupación de solo 20% de su capacidad y para los comerciantes “fue un día más, como cualquier otro”.
En el famoso Teatro Juárez, con las puertas cerradas, el gobernador, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo; y la directora general del Festival Internacional Cercantino y Circuitos Culturales, Mariana Aymerich, encabezaron el arranque oficial de la Fiesta del Espíritu en su formato virtual, en la que participarán 825 artistas de ópera, música, danza y teatro de 15 países.
Emilio, el promotor de transporte turístico, dijo que se extraña el bullicio de los jóvenes en las calles, de los artistas y de la gente que consume en las tienditas, en negocios de comida y contrata servicios turísticos.
Pedro, comerciante de frutas en el Centro Histórico, señaló que no se siente el sabor a cervantino: “¿Cuál fiesta?, ¿cuál Cervantino?, no hay nada. Ahí está adentro”, dijo e indicó con su dedo índice en dirección al Teatro Juárez.
En el Callejón del Beso, un comerciante de helados comentó que ha sido mínima la afluencia de parejas para cumplir el rito, “antes se veía que llegaban y estaban beso y beso”.
El Museo Iconográfico del Quijote registró poca asistencia, comentó uno de los encargados, pero esperan que en los siguientes días aumente para que disfruten las muestras de artes visuales.
Familias tranquilas
La suspensión del Cervantino presencial, por otro lado, alegró a familias que tienen domicilios en las cercanías de recintos culturales y la zona Centro de la ciudad, porque después de mucho tiempo, este año no habrá personas tomando bebidas alcohólicas en la vía pública ni orinando en los callejones.
Juan Lorenzo, de 57 años de edad, opinó que los capitalinos ahora “estamos requetebién”, porque en el Cervantino hay mucho desorden.