Aunque Vivian Maier (1926-2009) dedicó parte de su vida a trabajar como nana, entre 1950 y 1980, decidió adquirir una cámara fotográfica Rolleiflex y concentrar su tiempo libre en registrar el mundo de los invisibles, es decir, de aquellos personajes que habitaban en las zonas marginadas de Chicago y Nueva York, en aquel universo que reflejaba la mirada que quienes eran olvidados por la modernidad americana.

Así lo demuestra la exposición “Rev(b)elada. Vivian Maier, fotógrafa”, que abre al público en el Museo Franz Mayer concebida como una radiografía de su legado visual que llega a América Latina por primera vez y que, según algunos expertos, puede dialogar con grandes fotógrafos como Henri Cartier-Bresson.

La particularidad de su fotografía, aseveró Anne Morin, curadora de la muestra, reside en que logró retratar con maestría el American way of life de los años 50, a partir de calles, personajes y la vida cotidiana, donde confluye escenarios contrastantes y decenas de rostros de niños y adultos mayores que se adaptan a las transformaciones arquitectónicas de ambas ciudades.

Sin embargo, aclaró que esta creadora visual autodidacta no describió la pobreza en un estado lamentable, sino que intentó concederle un aire de dignidad y nobleza a sus personajes, demostrando cómo ellos se mantenían en pie ante aquel monstruo de la modernidad.

“Maier empezó por la calle, con el teatro de lo ordinario, haciendo un guiño a la fotógrafa estadunidense Helen Levitt, quien también vivió en Nueva York hacia 1950”, expuso Morin, y decidió fotografiar aquellos barrios pobres porque fue donde encontró su vida, y se alejó de los centros de negocios, donde la gente iba de prisa, o de los barrios ricos.

En suma, este mosaico revela la crónica personal del mundo de Maier, con una visión auténtica de la naturaleza humana, apuntó Morin, quien adelantó que esta serie que ya ha expuesto en París, Toronto y Seúl, arribará por primera vez a Estados Unidos, donde aún no es reconocida.