Viviendo experiencias por el mundo

Desde temprana edad se aventuró a viajar sola con una mochila y recorrer el mundo. Actualmente ha visitado más de 40 países y sigue considerando México como el mejor.

¿Cuáles fueron tus primeros viajes?

Fuera del país fue a Europa, y en la República Mexicana me fui a Playa del Carmen, donde me dediqué a trabajar para ahorrar y empezar a cumplir mi sueño mayor: viajar.

¿Qué hizo que te dedicaras a viajar?

Siempre tuve la curiosidad de ver cómo se vive en otros lados y perseguir las bellezas naturales que veía en fotos. Cuando hice mi primer viaje a Europa sola, de mochilera, en el 2011, recibí muchas críticas y vi un tabú muy grande que podría abordar con mi experiencia.

De allí nació el querer no solo viajar sino dedicarme a viajar y crear contenido de esto, para enseñarles a mis seguidores no solo los destinos sino como trabajo y ahorro para lograr esos viajes y lo que he aprendido de ellos.

¿Quién es tu motivación?

Todos aquellos viajeros que me comparten sus impresionantes historias. Muchas de mis aventuras las he realizado porque alguien me cuenta que la vivió y pienso “yo también quiero tener esa memoria”.

Tu destino favorito...

De los más de 40 países recorridos, México es sin duda mi favorito. No hay estado que no tenga su propia riqueza, bellezas naturales, pueblos mágicos, cultura, tradición, gastronomía, etcétera. Mis estados favoritos son Chiapas, Oaxaca y San Luis Potosí, porque considero que son los más completos.

Tu mejor anécdota en un viaje…

He tenido demasiadas. Sin duda, las que más me gustan son aquellas donde reafirmo que hay más gente buena que mala, como las veces que he viajado de aventón y me ofrecen de comer u hospedaje en sus casas. La gente es muy buena. Una vez, una familia en La Paz me recibió para pasar Navidad con ellos, ya que yo me estaba sintiendo muy triste de no estar con mi familia. Me enseñaron a preparar sus platillos tradicionales y todos me dieron regalitos de Navidad.

¿Qué le dirías a alguien que se quiera dedicar

a viajar?

Tener una vida de eterno viaje, si bien es muy satisfactorio, también es muy demandante. No solo se enfrentan a críticas sociales sino también a la inestabilidad geográfica y al desgaste mental-informativo.