Un musical que comienza con un asesinato político seguido de una neurótica, e hipócrita, paroxística celebración masiva de esa suerte de ejecución, y que casi dos horas y medio después termina (al menos por esta primera parte) con un sacrificio y un suicidio de características morales es, en teoría, lo más diametralmente alejado de una colorista celebración, en formato de precuela, de la ¿infantil? El Mago de Oz.
Wicked rompe pues con las expectativas, incluso para los fans de la producción teatral puesto que recupera el material más complejo, y simbólico, de la novela de Gregory Maguire, el más político.
Toda esta carga oscura e incómoda, que el largo largometraje (160 minutos que pasan volando) de Jon M. Chu jamás evita (mérito en el guión de Dana “Cruella” Fox), se mueve en la sombra de un musical espectacular que el cine necesitaba más que cierto león la valentía. Valentía se necesita también en estos tiempos que corren (como en el Oz de la ficción) para apostar por un género que ha pinchado en taquilla, de West Side Story, de Steven Spielberg, a En el barrio, del propio Jon M. Chu. Wicked recupera la grandeza de los musicales que triunfaron (La novicia rebelde, con un totalitarismo asimismo como contraste de la inocencia canora) o fracasaron (Hello Dolly) en un periodo que podríamos circunscribir entre mediados de los años 60 y los primerísimos 70.
Un diseño de producción que deja al espectador boquiabierto ante el pantallón, decorados reales y una energía contagiosa en sus coreografías con decenas y decenas de bailarines y extras. Chu y su equipo se enfrentan a cada número musical con un estilo y una sensibilidad diferentes, las cuales van del musical adolescente que no supo ser Chicas pesadas y el mencionado Robert Wise de Sonrisas y lágrimas (el precioso número “The Wizard and I”) al Stanley Donen y Gene Kelly de Un día en Nueva York (la llegada de Elphaba y Galinda/Glinda a Ciudad Esmeralda, con regalazo en la aparición cantora de Idina Menzel y Kristin Chenoweth, quienes estrenaron Wicked en Broadway), pasando por Vincent Minnelli (el baile silencioso en la fiesta en Oztrellas).
Un despliegue, sobre todo de emotividad, que no se veía en el género desde hace mucho, y que halla en una Cynthia Erivo descomunal (esta es su película, no hay ninguna duda) y en una sorprendente (o no) Ariana Grande el contrapunto ora ligero y divertido (“Barbie meets Judy Holliday”), ora trágico en el sino de una amistad truncada que remite (volvamos al inicio de la película, por favor) a la de Pat Garrett y Billy the Kid en la obra maestra de Sam Peckinpah.
La magia de Wicked en la pantalla grande
Desde su estreno en Broadway en 2003, ha sido un fenómeno cultural. Esto gracias a explorar la historia no contada de las brujas de Oz, Elphaba y Glinda. La película, dirigida por Jon M. Chu, ha llevado esta historia al cine, conservando la esencia del musical original y añadiendo elementos visuales espectaculares que enriquecen la narrativa.
La actuación de Cynthia Erivo ha sido ampliamente elogiada, destacando su poderosa interpretación de “Defying gravity”. Por otro lado, Ariana Grande sorprendió con su encanto y talento vocal en canciones como “Popular”, ganándose un lugar en la lista de nominadas.
El fenómeno de los musicales en los Óscar
El reconocimiento de Wicked en los Óscar 2025 refleja un año excepcional para los musicales en la industria del cine. Con otras películas como Emilia Pérez recibiendo múltiples nominaciones, los musicales están mostrando su capacidad de conquistar audiencias más allá del teatro.
Además de su nominación a mejor película, compite con grandes producciones como Dune. Part two y The Brutalist. Sin embargo, su mezcla de drama, fantasía y música lo hace único dentro de las propuestas del año.
Un futuro brillante para Wicked y los musicales en el cine
La llegada de Wicked a los Óscar no solo celebra la calidad de esta película, sino también el creciente interés por los musicales en el cine. Con su combinación de actuaciones brillantes, una banda sonora icónica y un diseño visual impresionante posiciona la como una fuerte contendiente en la ceremonia.
La gala de los Premios Óscar 2025 promete ser un evento emocionante, con Wicked como uno de los protagonistas principales. Los fanáticos del teatro musical estarán atentos para ver si esta historia, que ya ha marcado un antes y un después en Broadway, logra conquistar el máximo galardón del cine.