World Press Photo llega al Museo Franz Mayer
Fueron 84 fotógrafos mexicanos los que aplicaron para el certamen este año. Cortesía

Las 140 imágenes que representan lo mejor de la prensa mundial estarán disponibles a partir de hoy en la muestra de World Press Photo 2019, que permanecerá abierta hasta el 15 de septiembre en el Museo Franz Mayer; son fotografías que, en palabras de Alejandra de la Paz, directora del recinto, “nos permiten tener una visión cercana, dura, contundente, bella y conmovedora de distintos temas de nuestra actualidad y del mundo; el talento de los fotógrafos nos acerca a temas como migración, naturaleza, historias de largo aliento en las que se documentan cambios sociales”.

Entre estas destaca la serie del taxqueño Yael Martínez, quien ganó el segundo lugar de la categoría Proyectos a Largo Plazo con “La casa que sangra”, trabajo que da cuenta, desde una visión íntima y personal, de la situación de los desaparecidos durante la guerra contra el crimen organizado.

El fotógrafo galardonado platicó con La Razón que la selección de imágenes que están en exhibición fueron obturadas con familias de Acapulco, Tixtla y, especialmente, la suya; y que lo inició en 2013, meses después de haber recibido la beca del Fonca para realizar otro trabajo.

“Fue algo circunstancial: el proyecto propuesto era acerca de los orfebres en Guerrero; yo soy originario de Taxco por lo que iba a hacer un documental sobre la crisis que este oficio estaba viviendo en la ciudad. A tres meses de eso desaparecen a mis cuñados, por lo que decidí cambiarlo; me acuerdo que llegué con el tutor y le dije ‘discúlpame, pero lo que había propuesto inicialmente en, en este momento no me interesa hacerlo, pasó esta situación y estoy empezando esta documentación dentro de mi familia para tratar de entender’”, relató.

Señaló que en 2017 volvió a recibir el estímulo y que gracias a éste pudo continuar y madurar la hoy serie galardonada, “ese año lo continué en la zona de Acapulco, y por ello creo que es vital la reflexión que se genera en esos encuentros”.

“Quienes dicen que se debería de quitar el Fonca hablan desde una posición proveniente de un estereotipo que maneja una idea errónea del quehacer de un fotógrafo o un artista, y de la función social que éste desempeña”, lamentó.

Reiteró que “La casa que sangra”, aunque inició como un trabajo sobre su familia, se convirtió en un proyecto de envergadura social que da voz a aquellas personas cuyos seres queridos se han convertido en parte de las cifras oficiales. “Este trabajo habla de ese aspecto que en los números ni en los medios tradicionales se ven: lo que está dentro de las familias y lo que queda, las fracturas emocionales y psicológicas, y cómo tendríamos que resarcir todo este dolor que se está generando”, concluyó.