"Sara Regalado * CP. Con un joyozoctoc (adorno con flores costuradas) entre sus manos y sobre el pecho, el danzante de Copoya Emilio Gutiérrez Velásquez fue enterrado, a sus más de 90 años, cubierto con la tierra que lo vio nacer.
""Tío Milo"", como era conocido, campesino de oficio, dedicó su tiempo a las costumbres zoques. Sus padres, originarios del corazón de Tuxtla, fueron unos de los primeros en habitar las praderas de Copoya, y fueron quienes inculcaron en él y sus hermanos el respeto a las costumbres de su cultura.
Por esa razón, don Emilio se preparó intensamente para poder llegar a dominar danzas como la del carnaval o ""Napa pok etze"", la danza de los pastores, las danzas de Corpus Cristi, la danza de la Santa Cruz y la danza de San Roque, además de que aprendió el arte del tambor y fue reconocido como el que mejor dominaba la lengua zoque entre todos los hablantes.
Durante la peregrinación se bailó la danza de ""Napa pok etze"", pues es una de las que él ejecutaba, y con la Cofradía de San Marcos se le rindió un modesto homenaje, pues aunque nunca tuvo un cargo principal, su compromiso con las costumbres zoques lo llevó a hacer una gran labor de rescate tanto de su lengua como de sus danzas, ritos y ceremonias. Por ello mereció una humilde ceremonia con familiares, amigos y personas cercanas, además del primero y el segundo albacea de la Cofradía de San Marcos.
""No a cualquiera se le hace esto; es decir, no por ser zoque se le acompaña y se le coloca el joyozoctoc, pues ésta es la señal de que tuvo un alto rango. En este caso es sólo como danzante, pues participó en varias danzas, y aunque no fue un maestro primero, enseñó a varios a bailar"", explicó el segundo albacea de la Cofradía de San Marcos, Francisco Velásquez de la Cruz.
Este acontecimiento, sin duda, ha cimbrado a la comunidad de Copoya, pero es un hecho, finalmente, natural, que también debe llamar la atención de los responsables de preservar la multiculturalidad en Chiapas, pues han sido personas como don Emilio los pilares en la conservación de las culturas originales de Chiapas, pero aunque ellos hayan compartido sus conocimientos con nuevas generaciones, las deformaciones de los ritos y la apatía por seguirlos realizando han orillado a la pérdida de la identidad de diversas comunidades, como la zoque.
""Su mujer falleció hace como tres meses; también falleció el encargado de la Mayordomía del Rosario, y tiene poco que se fue también Tomasita Hernández de Aquino, de la misma mayordomía. Ahora sólo quedamos los servidores"", lamentó Francisco Velásquez, quien se comprometió, desde hace 14 años, cuando se fundó la Cofradía de San Marcos, a preservar las leyes y costumbres zoques al pie de la letra, en su calidad de segundo albacea, y quien conoció bien a don Emilio Gutiérrez Velásquez, que en paz descanse.
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