Yo, Robot

Yo, Robot

Muchos años antes, Harlan Ellison e Isaac Asimov escribieron un primer guión de Yo, Robot que realmente adaptaba las historias del libro y las entrelazaba de forma coherente, pero debido a la falta de recursos de la época, fue imposible su puesta en marcha. Finalmente, Jeff Vintar y Akiva Goldsman se encargaron de escribir un guión, que simplemente se inspiraba en el libro, para la película. Para dirigirla se contó con un director poco conocido y de origen egipcio, Alex Proyas.

Como cabeza de cartel tenemos a Will Smith seguido de Bridget Moynahan, Bruce Greenwood, Alan Tudyk, Adrian Ricard, James Cromwell, Chi McBride y un jovencísimo (y pésimo) Shia LaBeouf. Fue uno de los grandes taquillazos de 2004, inspirado en uno de los master piece de la literatura de ciencia ficción, del mismo título.

Las leyes de la robótica

Isaac Asimov, uno de los más importantes autores del género en el siglo XX, publicó el libro en 1950 y pasó a la historia por postular las Tres Leyes de la Robótica, gracias a las cuales los robots podrían desempeñar su papel en la sociedad: un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño; un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la primera ley; y un robot debe proteger su propia existencia, en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o la segunda ley.

El filme se inspira en el libro (algunos personajes, las leyes, los robots), pero no es una adaptación a la gran pantalla, de hecho, difiere bastante, ya que el libro cuenta varias historias que de alguna manera se interconectan.

Sinopsis

El detective Spooner es el protagonista del filme, interpretado por Will Smith haciendo uno de sus papeles más notables, pese a los altibajos de la película. Se trata de un personaje policía de Chicago, inventado para la gran pantalla, que vive en el año 2035.

Un suceso del pasado en el que se vio involucrado un robot no le deja dormir por las noches ni fiarse de los robots por el día, a los cuales intenta sacarles el lado maligno cada vez que tiene ocasión, pese a que están perfectamente adaptados e integrados en la sociedad. Un poco como si un pirado rechazara el uso de Smartphone.

Spooner es solicitado en la investigación de un crimen-suicidio en el cual se ve involucrado un robot, que parece ser el posible asesino. Sonny, como dice llamarse el robot, afirma no haber sido el asesino, pero parece tener la libertad de pasarse las tres leyes por el forro de su pelvis de titanio.

Susan Calvin, personaje de gran relevancia en el libro, interpretada por Bridget Moynahan, es la “ayudante” de Spooner en la resolución del caso, cumpliendo con su cometido de fiel defensora de los robots, su progreso, su fidelidad y lealtad y su función en el mundo actual.

Alejándose mucho del material original, es “perfecta” para todos los públicos: trama policiaca sencilla, escenas de acción, robots que dan brincos, explosiones y efectos especiales en cada esquina… un clásico.

Will Smith borda su papel de policía trastornado pero el guión apenas ofrece nada que no hayamos visto anteriormente. Lo más interesante y memorable de la película son las tres leyes, las cuales se machacan bastante durante el desarrollo y quedan bien plasmadas (salvo la ley cero, que se la inventan a su gusto).