Yosselin Molina junta arte y ciencia

Yosselin Molina Fernández, estudiante de la licenciatura en Artes Visuales. Cortesía
Yosselin Molina Fernández, estudiante de la licenciatura en Artes Visuales. Cortesía

El verano pasado, más de cien alumnos y 10 profesores de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach) tuvieron la oportunidad de ser parte del Programa Interinstitucional para el Fortalecimiento de la Investigación y el Posgrado del Pacífico (Delfín).

De esta iniciativa se desprende el trabajo impulsado por la artista plástica Yosselin Molina Fernández, estudiante de la licenciatura en Artes Visuales. Su proyecto de creación, titulado “Forma y color de la selva”, reúne ilustración científica y artística relacionada con la botánica y su conexión con lo sagrado en Chiapas y Colombia.

Cultura compartida

Durante su estancia en Colombia, Yosselin Molina participó en la exposición “Reflejo del indígena chiapaneco. Aspectos identitarios y rituales de la zona tseltal/tsotsil de los Altos de Chiapas-México”, misma que se presentó en dos espacios del país sudamericano. Primero exhibió sus piezas en la Biblioteca Pública Granizal y después en el Parque Biblioteca Gabriel García Márquez, en Medellín, Colombia.

Asimismo presentó la conferencia “Pueblo maya: tradiciones milenarias y apropiación como herramienta de resistencia. Experiencias del pueblo maya de Chiapas”, en la Casa Museo Otraparte, en Envigado.

La estudiante de la Unicach abundó que mediante esas exhibiciones en el sur de América pudo compartir evocaciones de costumbres, trabajos y ritos tseltales y tsotsiles de Chiapas. También habló de las dificultades que su cultura afronta y su resistencia ante la influencia occidental, así como algunas herramientas para proteger la identidad indígena.

En tanto, su proyecto “Forma y color de la selva” fue desarrollado a partir de clases, visitas y experiencias facilitadas por el Tecnológico de Artes Débora Arango, de Medellín. Para ello reunió como elementos representativos de México y Colombia la hoja de tabaco y la hoja de coca, así como un animal en común, el jabalí.

Sobre el uso de las plantas en la obra gráfica, la artista refiere que “buscaba demostrar un uso de estos que se relacione más como ritualidad y evitar el estigma de lo ilícito, lo dañino y la adicción que es la imagen que se suele generar debido al tabú”. La obra resultante fue presentada en Colombia y podrá apreciarse en futuras exposiciones.