Uno no puede crear finales felices en retrospectiva, sino tratar de entender las consecuencias de la injusticia”, dice el escritor mexicano Yuri Herrera (Actopan, 1970), quien vuelve tras los pasos de El incendio de la mina El Bordo, novela de no ficción que publicó originalmente en 2019. La obra recupera los hechos del 10 de marzo de 1920, cuando se registró un incendio en la mina El Bordo, en Hidalgo, que derivó en el cierre del tiro de la mina.
Seis días después, la mina fue reabierta para retirar los cadáveres de diez mineros muertos. Sin embargo, no solo se descubrieron 87 cuerpos, sino también a siete trabajadores vivos, aunque sus relatos fueron minimizados.
Es una historia que escuché casi toda mi vida y de la que mucha gente, en Pachuca, tiene una versión distinta. Específicamente, mi familia fue muy cercana al movimiento minero, así que es una historia que, desde hace mucho, ha sido muy importante para mí”, asegura Herrera en entrevista.
Para recrear este relato, el también autor de La transmigración de los cuerpos y Diez planetas explica qu analizó el expediente del caso. Aunque busqué otras referencias de la historia, decidí analizar este expediente a la manera como se hace la ficción, es decir, a partir de las herramientas teóricas que utiliza este expediente para construir una verdad”, recuerda.
Aunque acepta que un abogado afirmaría que ese documento está construido a partir de datos y que tiene que ver con los hechos, “lo que veo ahí es la construcción de una mentira, de una ficción con consecuencias muy concretas en la vida de la gente”, advierte.
Esa investigación dice, derivó en una tesis doctoral, pero, poco antes de la pandemia, hizo que aquella indagación cobrara la forma de una novela.
Este es un libro de no ficción, pero tampoco diría que es historiografía ni que pertenece a la disciplina de los historiadores, porque la manera en que los datos están organizados responde a una manera de trabajar en la literatura, es decir, que siguen una línea dramática. Así que ahí hubo un arreglo y un acomodo de eso que busca provocar una cierta manera de leer el texto”, apunta.
¿A qué se refiere con la construcción de una mentira?, se le pregunta. “Hay muchas cosas, pero diría esto: en la manera en que tú planteas un problema, de algún modo, ya estás presuponiendo cuál es el tipo de solución que le vas a encontrar”, señala.
Otro aspecto fundamental para Herrera es que en el expediente hubo gente que nunca tuvo voz. “Hay gente a la que se le niega o que se controla de manera maniática. Esto sucede con los familiares de las víctimas, quienes son tratados casi como sospechosos e, incluso, son interrogados, porque se cree que quieren sacar dinero, así que nunca se les da un trato respetuoso, como de víctimas”, lamenta.
Sin embargo, asevera que este hecho no se trata de un caso excepcional. “Yo no estoy escribiendo sobre una mancha oscura en la minería o en la historia de la impartición de justicia en México, sino que, más bien, este caso funciona como parte de la genealogía de la impunidad, porque, en México, más del 90 % de los crímenes queda en la impunidad”, apunta.