Las 20 arengas patrias

Yo no veo problema alguno que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, haya decidido agregar frases en el tradicional Grito de la Independencia.

Los gobernantes priistas acostumbraron a los mexicanos a escuchar breves alocuciones en conmemoración a los principales personajes que iniciaron el movimiento de Independencia la madrugada del 16 de septiembre de 1810.

Salvo la novedad generada y la conceptualización que quiera darle el mandatario nacional de hoy, las frases agregadas la noche del domingo reciente terminarán siendo un asunto sin trascendencia nacional. Quedará sólo para el anecdotario político mexicano.

Mientras no haya cambios fundamentales a la vida pública nacional ni alguna afrenta a nuestros héroes y símbolos nacionales, no habrá problema. Las críticas deben ser hacia temas fundamentales del país entero o en alguna de sus regiones. Lo que refiero fue accesorio.

Recordamos que tradicionalmente las menciones eran hacia Miguel Hidalgo y Costilla, conocido como el Padre de la Patria, por haber sido él quien encabezó el movimiento social de aquel entonces y porque también tuvo un papel fundamental en su posterior desarrollo.

Figura también Ignacio Allende, Josefa Ortiz de Domínguez, José María Morelos y Pavón y Leona Vicario. Eran seis nombres pronunciados por los presidentes desde el balcón principal de palacio nacional.

Los agregados de AMLO, son: ¡Vivan las madres y los padres de nuestra patria!, ¡Vivan los héroes anónimos!, ¡Viva el heroico pueblo de México!, ¡Vivan las comunidades indígenas!, ¡Viva la libertad!, ¡Viva la justicia!, ¡Viva la democracia!, ¡Viva nuestra soberanía!, ¡Viva la fraternidad universal!, ¡Viva la paz!, ¡Viva la grandeza cultural de México!, ¡Viva México!, ¡Viva México!, ¡Viva México!”.

Hubo sobriedad y sensatez en el presidente, porque no se atrevió a arengar a la Cuarta Transformación, como muchos pensábamos iba a suceder. Eso iba a ser “to much” –demasiado-, como dicen los estadounidenses.

Otros sellos personales

Entre otros simbolismos que debe uno notar, estuvieron los siguientes: se acabaron las ostentosidades de los anteriores gobiernos. Ya no hubo cena de gala y se acabaron las bebidas excéntricas, exuberantes y costosas   de otros tiempos. Se acabó el lujo, pues, para acabar pronto. Austeridad, claro, para estar acorde con los dichos tan repetitivos.

A diferencia de sus antecesores que se mostraban al lado de los primeros mandatarios en el balcón principal, los cuatro hijos del presidente: José Ramón, Andrés Manuel, Gonzalo Alfonso y Jesús Ernesto presenciaron el grito del 15 de septiembre desde el último balcón. Los mayores acompañados de sus novias, relataron las crónicas periodísticas de quienes tuvieron la oportunidad de estar dentro de palacio nacional la noche del domingo.

No todos los secretarios de gabinete tuvieron la suerte de estar cerca del mandatario nacional. Los más cercanos fueron el de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard y el de Hacienda Arturo Herrera, pero los demás fueron distribuidos en los balcones contiguos.

También estuvieron presentes el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar Lelo de la Rea, y la presidenta de la Mesa Directiva del Senado, Mónica Fernández, así como todo el gabinete legal, entre quienes destacaban la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, el secretario de Agricultura, Víctor Villalobos y la secretaria del Bienestar, María Luisa Albores.

En los festejos en la antigua Plaza de Armas, hoy Zócalo de la Ciudad de México, también fueron distintos. Hoy se privilegiaron las representaciones de las fiestas tradicionales regionales de las 32 entidades federativas del país.

Ahí sí, el maestro Zoé Robledo se lució con la organización. Hay que recordar que el presidente le encargó al chiapaneco organizar las fiestas patrias de 2019 desde cuando era subsecretario de gobernación. Luego pasó a ser director general del IMSS, pero la primera encomienda le siguió quedando.

Así pues, las cosas, las primeras fiestas patrias del gobierno de Andrés Manuel López Obrador transcurrieron acordes con los nuevos tiempos y al sello personal del tabasqueño.

Salvo un accidente menor sufrido por un paracaidista de la Secretaría de Marina, el desfile del 16 de septiembre también transcurrió con normalidad allá en la capital de México.

Austeridad, también aquí

En Chiapas las cosas de igual manera transcurrieron sin incidentes que lamentar. Fueron suertudos los chiapanecos porque no llovió, como sí ha ocurrido en otros años. Salvo un resbalón y tremendo somatón que se llevó el cantante Reyli sobre el escenario del parque central de Tuxtla Gutiérrez, todo transcurrió con normalidad.

Algo había sobre el piso que se volvió resbaladizo que llevó al suelo al ex vocalista de Elefante, pero con gran habilidad y rápidamente se puso de pie, detuvo a sus músicos quienes ya iban encaminados con un tema musical y trató de justificar que había salido a la escena con tanta emoción y que eso pudo haberlo desconcentrado. “Peccata minuta”, dirían los italianos.

Los chiapanecos se comportaron muy respetuosos en esta ocasión y repetían al unísono las arengas del gobernador, Rutilio Escandón Cadenas. Bien pues.

Éstas son ocasiones en las que el nacionalismo brota en cada mexicano quien se vuelca a celebrar, cada quien, a su manera, desde luego, pero siempre respetuosos de los símbolos patrios.

También el gobernador chiapaneco quitó los fiestones que se armaban dentro de palacio de gobierno en esta fecha “porque la celebración del pueblo y para el pueblo debía hacerse en la plaza central”, según había declarado él mismo horas antes a un medio de comunicación nacional.

Rutilio Escandón de igual manera agregó algunas frases a las arengas patrias, como vivas a “la justicia, la democracia, la igualdad de género, la honestidad y los derechos humanos”. Hoy martes a trabajar, señores.

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