Contra la corrupción

La Secretaría de la Función Pública (SFP) del gobierno federal emitió una sanción contra la empresa del hijo del actual director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Barteltt Díaz, sobre un asunto que ya se presagiaba como un acto de conflicto de interés en un país donde casi todos los políticos de alto nivel recomiendan a sus parientes –en este caso sería el hijo- con otros funcionarios de su mismo nivel para hacer grandes negocios.

La historia casi todos la saben, pero vale la pena recordar algunos datos que mostrarán el contexto: la delegación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) adjudicó, en forma directa, un contrato a la empresa Cyber Robotics Solutions S. A. de C. V., propiedad de León Manuel Bartlett Álvarez, por 31 millones de pesos por concepto de compra de 20 ventiladores respiratorios a un costo individual de 1 millón 550 mil pesos, cuando el costo real rondaba por los 800 mil pesos o un millón de pesos.

Ese mismo día -17 de abril- la misma delegación del IMSS en Hidalgo pagó 880 mil pesos a otro proveedor llamado Conduit Life, por un ventilador de similares características, pero importado de Eslovaquia.

Una vez analizados esos números, se logró establecer que había una diferencia de hasta 85% entre el precio del más barato y el más caro. Ese tema se convirtió en un enorme escándalo mediático tan pronto salió a la luz pública porque rápidamente viene a la memoria de los mexicanos actos de corrupción que tanto daño le han hecho a México. Y, en segundo lugar, porque el gobierno actual de la Cuarta Transformación se ha comprometido, hasta el cansancio, que desterrará esos males.

Como sucede siempre, los actores principales dieron sus argumentos de defensa y negaron todas esas sospechas. Pero las investigaciones continuaron.

La SFP informó ayer que la empresa Cyber Robotics Solutions S. A. de C.V. fue inhabilitada por 24 y 27 meses, respectivamente, así como con dos multas que suman más de dos millones de pesos.

La conclusión: sí hubo irregularidades en la adquisición de los equipos multicitados, la operación de compra se hizo en forma directa cuando pudo haber sido por medios más transparentes como un concurso abierto a la participación de otras empresas, falseó información y se logró comprobar que vendió los artículos a un sobreprecio enorme.

La publicación en el DOF habla de la seriedad de la acción y ojalá y así se siguiera haciendo para que el gobierno demuestre que de verdad quiere acabar con esos vicios del pasado que provocan grandes quebrantos financieros a las arcas oficiales, que es dinero del pueblo.

Los mismos o nuevos rostros

Es verdaderamente curioso cómo algunas personas, principalmente del ámbito político, críticos oficiosos o defensores de sus intereses particulares, suelen acomodar situaciones, dependiendo de cómo les vaya en la fiesta.

Se ponen a criticar a políticos que andan repitiendo alguna función, en una época o en otra y en cualquiera de los tres órdenes de gobierno y representaciones legislativas.

A ellos, esos críticos les reprochan que “siempre quieren andar pegados a la chuleta”, en alusión a que quieren estar cobrando sueldos o dietas del presupuesto del gobierno. Y hasta se atreven a sugerirles que se vayan a otro lado, que se aparten de la política y casi casi les ordenan que se jubilen. Un acto que a mí me parece injusto. Después diré por qué.

Las mismas personas salen a criticar a aquellos políticos nuevos que representan, casi siempre, a un nuevo rostro de la actividad política, que traen ideas novedosas e innovadoras.

A éstos, esos mismos críticos les reprochan que carecen de trayectoria, que carecen de experiencia en el ámbito político y que no merecen aspirar a futuros puestos políticos.

Y es ahí donde surge la conocida frase: “bueno, ¡nada les gusta!” Que, si son los mismos, que porque son los mismos. Que si son nuevos que porque son nuevos.

He dado ese contexto porque en ese rubro han de encajar varios ciudadanos pertenecientes a la nueva clase política. Uno de ellos es el actual director general del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación de Chiapas, Helmer Ferras Coutiño, cuyo nombre ha sido mencionado recientemente como posible aspirante a la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez para las próximas elecciones de 2021.

Quienes lo conocen, saben que Helmer sí ha trabajado en la administración pública, sí tiene oficio político y sí ha hecho talacha desde hace varios años para haber alcanzado en lugar donde se encuentra ahora. Eso sería lo de menos porque, supongo, él estaría en condiciones de mostrar sus cartas credenciales llegado el momento.

De todas formas, ya comentó en su cuenta de Twitter que “por ahora” él está “concentrado 100%” a cumplir con sus responsabilidades institucionales desde donde se encuentra.

Pero, independientemente de ese caso en particular y de muchos otros casos similares que han de haber por ahí, yo también tengo mi propia opinión respecto de lo que dicen aquellos que no les gusta ni frío ni caliente.

Quienes gustan de la política tienen todo el derecho de dedicarse a esa actividad el tiempo que quieran, siempre y cuando lo hagan bien, con respeto a las leyes y mantengan el reconocimiento de la sociedad a la que sirven.

Quienes están empezando, que sean relativamente nuevos, que ya llevan algún camino andado, que tienen posibilidades y están preparados para ello, de igual forma tienen todo el legítimo derecho de aspirar a futuros cargos públicos.

Eso es lo que aconseja una reflexión imparcial y objetiva, sana y desinteresada.

Los otros, aquellos que no les gusta ni frío ni caliente, ellos van a estar hablando siempre bien del viento cuando éste les sople a su favor, y mal cuando les sople en contra. Pero, éstas siempre serán opiniones huecas y carentes de méritos para ser tomadas en cuenta.

alexmoguels@hotmail.com