Los lacandones y la Selva
Hubo varias alertas en la Selva Lacandona y nadie las tomó en cuenta. El narcotráfico estuvo infiltrándose desde hace varias décadas dentro de ese territorio, alejado de las áreas urbanas y con muchos vericuetos para esconderse. Era un escenario propicio para esas actividades ilícitas. Ahí sentaron sus reales varios grupos de hace varias décadas, pero ahora en la modernidad ya se habían especializado en operar aeronaves pequeñas que descendían en pistas clandestinas y, ya en tierra, había un grupo de los mismos lacandones que hacían el resto del trabajo.
El portal Infobae, publicó una amplia nota informativa a finales del año pasado, indicando que la violencia provocada por el Cártel de Sinaloa (CDS) y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en el estado de Chiapas estaba generado que algunas empresas turísticas de países europeos decidieran cancelar las visitas a la Selva Lacandona.
Y se hacía la siguiente pregunta: ¿Qué autoridad cuida este pulmón natural afectado por las bandas del crimen organizado? La respuesta regresó por sí sola: nadie, porque las bandas del crimen organizado operaban a sus anchas, sin que alguna autoridad hiciera algo para impedírselo.
El contexto era que empresas turísticas de al menos tres países europeos habían anunciado que dejarían de visitar ese pulmón natural ante la violencia de las estructuras criminales.
Y citó datos relevantes. Recordó que la Selva Lacandona es uno de los lugares más representativos de la riqueza biológica de México, al registrar el 15 % de las plantas del país; el 27 % de los mamíferos y el 30 % de las aves de todo México, de acuerdo con datos del Gobierno Federal.
Agregó que, pese a la riqueza natural, en este lugar también funcionaba al crimen organizado para efectuar rutas de tráfico de droga debido a su frontera con Guatemala, por lo que, desde hace dos años, integrantes del CJNG y el Cártel de Sinaloa habían irrumpido en caminos y municipios, principalmente en el municipio de Ocosingo donde hay zonas arqueológicas como Bonampak y Yaxchilán.
En un comunicado detalló que las agencias turísticas de Francia, Inglaterra y Bélgica que representan han decidido no llevar a sus clientes a esa zona. En aquella ocasión el diario El Universal rescató testimonios de operadores turísticos que señalaban que durante años se habían buscado rutas alternas para evitar cruzar por comunidades que tienen conflicto.
Los testimonios eran precisos: que, en Bonampak, los operadores turísticos habían visto a hombres armados en la entrada, los cuales indicaban la hora en la que pueden entrar a la zona arqueológica; les ofrecen una “guardia de seguridad” que les exige el pago de mil pesos por su servicio, además del pago por ingresar al sitio. Muchos nos escandalizamos con ese asunto y nada ocurrió.
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el Gobierno de México protege esta selva chiapaneca, que tiene dos reservas de la biósfera (Montes Azules y Lacan-Tún), dos monumentos naturales (Bonampak y Yaxchilán) y tres áreas de protección de flora y fauna (Chan-Kin, Metzabok y Nahá), desde 1978.
El conflicto entre los cárteles de la droga en Chiapas ha resultado en más de mil desaparecidos y aproximadamente tres mil desplazados en zonas limítrofes con Guatemala, siendo afectadas comunidades de ocho municipios chiapanecos. Según testimonios y denuncias de activistas, los recientes enfrentamientos entre el Cártel de Sinaloa y el CJNG han intensificado la inseguridad y violencia en la región.
En su momento, Latinus, informó en aquella ocasión que los lacandones tenían miedo de hablar. Sólo algunos se atrevieron a denunciar, bajo condición del anonimato, las condiciones que viven a manos del crimen organizado en las comunidades Frontera Corozal, Lacanjá Chansayab, Nueva Palestina y San Pedro, ubicadas en el corazón de la Selva Lacandona.
Habitantes han señalado que la selva está totalmente controlada por el Cártel de Sinaloa, que ha armado a personas para que se dediquen a la extorsión, secuestro y el control de las zonas arqueológicas inmersas en uno de los espacios naturales más grandes del mundo.
La agencia noticiosa Apro, reveló que la Selva Lacandona estaba siendo penetrada por organizaciones criminales de diversos orígenes, afectando severamente la vida de las comunidades, “nuestro territorio es especialmente codiciado para sus negocios y actividades ilícitas, por eso no les conviene que haya comunidades organizadas y progresando de acuerdo a sus modelos de vida vinculados al respeto a la vida y la Madre Tierra”.
Los primeros ecos de respuestas a exigencias de seguridad en la Selva Lacandona, ocurrieron hace apenas unos días, ya en este gobierno de Eduardo Ramírez Aguilar, cuando un subdirector de la Policía estatal de Estatal y 19 lacandones fueron detenidos, por estar presuntamente vinculados a grupos del crimen organizado.
Entre los 20 detenidos durante el operativo realizado el domingo pasado por fuerzas federales y estatales en la comunidad Lacanjá Chansayab y otras localidades vecinas en la selva Lacandona, se encuentra un subdirector de la Policía Estatal Preventiva que estaba “coludido con el crimen organizado”, además de cinco agentes, informaron en conferencia de prensa la Secretaría de Seguridad del Pueblo (SSP) y la fiscalía general de Estado (FGE).
El titular de la SSP, Oscar Aparicio Avendaño, dijo que incluso, el imputado “estaba pasando información a los grupos delictivos y filtró horas antes información de la operación”, por lo que el cabecilla del grupo de presuntos delincuentes, Segundo Cabrero López, escapó.
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