Lecciones: España, Argentina, Guatemala
El valor de confrontar
Ultraderecha estrambótica
Poder Judicial golpista
Hay cuando menos tres casos de los cuales la izquierda electoral mexicana debería tomar nota y aprovechar experiencias: España, Argentina y Guatemala.
Derrotado en elecciones autonómicas y municipales, virtualmente condenado a un pasmo ya solo en espera de que se convocara a elecciones parlamentarias adelantadas que muy previsiblemente darían paso al poder a la derecha (Partido Popular) y la ultraderecha (Vox), el Partido Socialista Obrero Español (una socialdemocracia de altibajos), por decisión del presidente Pedro Sánchez, dio tales pasos al frente que, por sí mismo, citó a las elecciones que supuestamente le botarían del mando nacional, emplazó a las corrientes de izquierda a definirse y a sumarse a un pacto de urgencia (con el independentismo catalán y su exigencia de amnistía a sus líderes como punto que tiene en tensión a España) y lograron ayer prolongar esa presidencia no derechista durante cuatro años, en el mejor de los casos, o un tiempo menor si el pacto con tantos partidos menores se desarma entre pulsiones internas.
En desventaja aritmética ante el derechista Partido Popular, el Socialista Obrero Español apostó a la definición tajante entre izquierda y derecha, advirtiendo los riesgos de la división ante derecha y ultraderecha que ya se tropezaban por recuperar el poder. En México, la izquierda electoral debería apreciar el rechazo español a las tentaciones confusionarias, excitar el anclaje en la ideología propia y tener disposición al arrojo distintivo.
En Argentina habrá este domingo elecciones en segunda vuelta (balotaje), entre la carta derechista del progresismo, el ministro de economía Sergio Massa (un equivalente, ha dicho Federico Bonasso, a que Morena postulara como candidato presidencial a Agustín Carstens) y el libertario estrambótico Javier Milei, quien ha cautivado a una parte de la ciudadanía votante con extravagancias y disparates (Editorial Planeta publicó pocos meses atrás “El Loco”, un amplio reportaje del periodista Juan Luis González, https://goo.su/IDZFG5x).
En el último debate antes de la segunda vuelta, el pálidamente peronista Massa exhibió las carencias ideológicas, profesionales e incluso el desequilibrio mental del economista Milei, pero es probable que un electorado harto de los políticos “profesionales” vote con fuerza este domingo por la opción del escándalo de ultraderecha.
Aún no ha crecido en México esa opción libertaria o de extrema derecha. El personaje electoral más cercano sería Eduardo Verástegui, aunque muy recargado de referencias y apoyos provenientes del ámbito clerical católico. Otro personaje público ubicable en este flanco es Ricardo Salinas Pliego, el principal accionista del Grupo Salinas (que incluye a Televisión Azteca, ADN 40 y el diario regiomontano Horizonte, aparte de las tiendas Elektra y la red bancaria Azteca), que apoya a Verástegui y a los libertarios, con un desatado activismo en redes sociales coincidente con las fases críticas de sus litigios con el Estado mexicano a causa de impuestos no pagados y con acreedores estadunidenses (demandantes de pagos por intereses vencidos de bonos de Televisión Azteca).
En Guatemala se aceleró ayer una cantada operación que pretende impedir la toma de posesión, en enero, del presidente electo Bernardo Arévalo, la pieza más progresista en el controlado escenario político del país centroamericano. Tomando como referente judicial la oposición y resistencia ante la elección, tachada de fraudulenta, de un rector de la Universidad de San Carlos, el Poder Judicial autorizó ejecutar órdenes de aprehensión contra 27 opositores al gobierno del saliente derechista Alejandro Giaimmattei. Aquí, el Poder Judicial es fundamental en el proceso golpista y muestra los riesgos del conservadurismo enquistado en estas instancias de supremos tribunales.
Y, mientras, Claudia Sheinbaum se ha reunido con quienes ocuparán candidaturas en nueve estados, con especial apoyo a Clara Brugada, ¡hasta el próximo lunes!